Item Descripción Valor

No tardas en regresar al punto anterior, dirías que has hecho lo mismo que hizo Paco, pero esta vez los rayos que surgen no tienen efecto sobre ti Quizá si que era necesario que lo hicieras tu, puede que a tu amigo se le haya pasado algo por alto.

Duplicas Epsilon12 y mientras lo haces eres consciente de que está mal, que eso puede inducir a que el bolómetro se desestabilice, pero algo te está forzando a hacerlo. Por algún motivo no puedes detenerte ahora.

Del bolómetro comienza a surgir una especie de materia de color verde oscuro y de ella surgen una gran cantidad de nuevos rayos verdes que esta vez parecen ser mucho más agresivos y peligrosos, pero como antes, no tienen efecto sobre ti. Finalmente los rayos cesan.

El pequeño agujero de color verdoso se acaba de convertir en una especie de vórtice de casi dos metros de alto por algo menos de uno de ancho. La parte exterior del mismo es de un color verde oscuro algo brillante, y va tornándose al negro más profundo que nunca habías visto.

Poco a poco recuperas el control y de nuevo tu cuerpo responde plenamente a tus pensamientos y tus órdenes. ¿Has ido demasiado lejos? Quizá debas apagarlo... o, puede que...

Como guiado por un canto de sirena das un paso atrás, otro y te encaminas a la sala. Parpadeas y te detienes. Cuando eres consciente de lo que ibas a hacer no puedes evitar pensar si estaría bien o mal. Quizá acercase y tocar el vórtice, no sea tan mala idea después de todo.

Ya habéis visto bastante, llamas, y antes de que te descuelguen tiras el teléfono al suelo. Montáis en el coche y salís pitando. No miráis por el retrovisor... no tenéis el valor necesario para hacerlo.

Poco a poco el paisaje va volviendo a ser verde, boscoso, pirenaico y hermoso...

Decidís dejar atrás todo, aquello no iba a terminar allí, y lo sabéis tanto Paco como tú. Lo que habéis liberado en las instalaciones no se detendrá. Al menos no ahora.

Los siguientes años los pasáis alejados de todo y de todos. Habéis encontrado una pequeña casa a kilómetros de distancia y encontrado la manera de subsistir por vuestros propios medios. No es que sea la panacea, pero os permite descansar y pasar vuestros últimos días juntos.

Para cuando el caos, la negrura y la podredumbre os alcanza ya estáis más que preparados, y la acogéis como dos ancianos que han disfrutado los últimos años de sus vidas sabedores de que su fatídico destino les daría caza tarde o temprano. La culpa hace tiempo que desapareció. Paco y tu os abrazáis mientras os miráis y cerráis los ojos.