Item Descripción Valor

Se empezaban a escuchar los cuernos de guerra, los gritos y golpe de espadas contra redondos escudos. Llevan las caras pintadas, y el deseo de pelea se intuía. -¡Ursula!, ¡Ursula! - gritan una y otra vez. 

Las catapultas llevaban tiempo lanzando piedras, las ballistas apenas empezaban a lanzar sus primeros  virotes.

Por fin conseguí la atención del oficial que dirigía los ataques de las máquinas. 

- Traer hierba seca, alpaca, toxo, cualquier cosa que prenda y traer aceite también. -  Le pido - Si lanzamos todo esto ardiendo sobre sus velas con suerte causaremos mas daños que las piedras. 

Su sonrisa lo decía todo, le había gustado la idea.  

A pesar de tener varias embarcaciones ardiendo o hundidas, gracias a los esfuerzos de la artillería, el enemigo no dejaba de avanzar decidido con cánticos y gritos de guerra. -¡Ursula! ¡Ursula! - no cesaban de repetir. 

Las cocas conseguían frenar pocas embarcaciones, enseguida el enemigo lanzo sus drakkar contra ellas.


La caballería empieza a arremeter con sus lanzas a los primeros nórdicos que saltan de sus embarcaciones a la orilla, las flechas de los arqueros se concentran sobre los navíos que se dirigían a la orilla en vez de los que empezaban a avanzar por el río, según avanzan gano consciencia que debe de haber millares de hombres en esas terribles naves.  


La caballería inicia su repliegue y ayuda a la artillería a destruir  y quemar las catapultas, mientras las ballistas hacen sus últimos ataques para ser quemadas poco después, - ¡no deben de caer en manos del enemigo o se usarán contra la fortaleza! - fue la orden previa del oficial. 

Me asombra la tenacidad y ferocidad de este enemigo, sus bajas no les baja la moral, al contrario parece alentarles a seguir luchando con más fuerzas, en cuanto desembarcan diez navíos más , empezamos a estar en clara desventaja.

Según avanzan, nos obligan a retroceder. Miembros cercenados, cráneos reventados, orejas mordidas, sangre y más sangre ... - ¡Ursula! ¡Ursula! - sus gritos cada vez son mas atronadores , su ferocidad en combate, junto con sus mofas y burlas, hacen que su forma de luchar sea sin lugar a duda la más atroz a la que me he podido enfrentar. No respetan mujeres, ancianos o niños, sus dioses reclaman sangre y ellos ofrecerán su tributo.