Item Descripción Valor

Aquellos rayos no parecían dañinos, los sensores no marcan nada fuera de lo normal. Hay demasiado en juego y puede que esta sea la última oportunidad que te den los inversores. 

Decides seguir, e indicas a Paco que suba al 100% el bolómetro. Al hacerlo, el punto verde no crece, pero si la frecuencia e intensidad de los rayos verdes, que ahora si comienzan a ser dolorosos. No en los puntos de impacto, sino en la cabeza.

Sientes como si alguien estuviera abriendo tu cabeza y clavándote pequeños alfileres, rebuscando entre tu cerebro con unos finos y puntiagudos dedos. Algo en tu cabeza te dice que hay que aguantar, que solo es un poco más hasta que se estabilice. Pero tu mente analítica te dice que no, que eso no está bien.

¿Deberías indicar a Paco que diera el experimento por terminado o te dejarás llevar por esa corazonada de que en cuanto se estabilice, los rayos y el dolor deberían cesar?

Indicas que bajen la potencia, pero cuando el técnico lo hace no parece funcionar. Activas el sistema de emergencia para dejar sin corriente la sala, y sorprendentemente todo sigue funcionando.

Las luces del interior de la sala se van y solo queda la iluminación de emergencia. Paco golpea el cristal y fija sus ojos en los tuyos. Su mirada parece pedir tu ayuda.