Item | Descripción | Valor |
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Izquierda. Derecha. Derecha. Izquierda otra vez, y luego a la derecha una vez más. Corriste para dejar atrás a los que te perseguían, corriste tan rápido como podías intentando despistarles por aquellos oscuros y tortuosos caminos, algo que poco a poco ibas consiguiendo, puesto que cada vez les sacabas más distancia. ¿Quiénes eran? ¿Cómo te habían descubierto? ¿Por qué no había drones y más patrullas persiguiéndote? ¿Por qué...?
Tus pensamientos se vieron interrumpidos cuando, tras tu último giro, te viste en un camino sin salida. Rápidamente volviste sobre tus pasos, pero la bifurcación que acababas de pasar también daba a otro camino sin salida, por lo que tuviste que retroceder aún más… y por desgracia, antes de que pudieses encontrar otro camino alternativo, tus perseguidores te dieron alcance. A juzgar por sus expresiones y su actitud, resultaba evidente que esperaban precisamente esa situación. Estaba claro que conocían aquellos caminos mucho mejor que tú, y antes de que pudieses intentar algo más, te dispararon. Para tu sorpresa, no eran armas militares, sino antiguas, de munición balística, algo que no cuadraba si realmente eran parte de las Fuerzas de Seguridad… claro que no por ser antiguas dichas armas resultaban menos mortales que las modernas.
En el suelo y con heridas mortales, la oscuridad se iba apoderando de tu mente cuando el camuflaje debió fallar a causa de los daños, lo que hizo que las últimas palabras que escuchaste antes de morir fueran de sorpresa.
La urgencia por salir de aquel inmundo planeta, el temor a que las baterías se agotasen y la incertidumbre de lo que podías encontrar en los oscuros y angostos caminos que serpenteaban entre las construcciones de aquel lugar hicieron que decidieses ir por el camino principal… el cual, no se encontraba precisamente vacío.
¿Cómo podía haber tantos de aquellos seres vagando por ahí sin rumbo fijo cuando hacía ya horas que había anochecido? Eso por no hablar de la enorme cantidad de luces que había, no solo para alumbrar el camino, sino luces de todo tipo por las paredes de las estructuras que bordeaban el camino: parpadeantes, fijas, blancas, de colores… era inconcebible como aquellas criaturas podían soportar eso. Fue por culpa de todas aquellas luces que te distraían y de la cantidad de criaturas que había a tu alrededor por lo que no te diste cuenta de la presencia de una patrulla hasta casi toparte de frente con ella, lo que hizo que te detuviese un instante.
No podías quedarte allí parado o llamarías la atención de los miembros de la patrulla, pero dado que, según parecía, aún no te habían visto, podías dar la vuelta y esquivar la patrulla… o podías seguir tu camino, esperando que tu indiferencia te permitiese pasar sin que te detectasen.