Item Descripción Valor

23

El frío suelo te transmite su gélido abrazo mientras postrado,  como un cadáver sin vida, comienzas a hacer memoria, a intentar discernir dónde estás y por qué. Mientras la oscuridad se cierne sobre ti sumergiéndote en la más absoluta negrura, te percatas que no recuerdas nada. Absolutamente nada. Si, sabes quien eres, sabes como te llamas, pero ya. Ni un atisbo de recuerdos útiles asoma en el torbellino de tu conciencia. Tus ojos, que es la única parte del cuerpo que puedes mover, bailan de un lado a otro buscando algo, lo que sea. Y en la inmovilidad en la que te encuentras preso notas como el miedo se abre paso en tu interior, desgarrando la última frontera que lo contenía, y, a modo de sollozos que te ahogan, que te hacen imposible respirar, comienza a brotar, a asfixiarte, a atenazarte el alma, pues una idea comienza a tomar forma en tu cabeza: No estás solo.