Hoy era uno de esos días que tenemos las mujeres, no me sentía nada animada, si estuviera en mi cálida cama posiblemente no me levantaría en todo el día. Quizás por esto rechace un rato de entretenimiento con mis amigos, o simplemente porque quería acabar cuanto antes, tenía que haber calculado mejor cuando me vendría. 

El grupo se animó cuando llegamos al albergue de Padrón, esto provocó que saliera de mis cábalas y pensamientos, parecía que fue hace unos minutos tan solo, que habíamos dejado atrás a Pili y Borja en Catoira, y a Inés con su primo en el barco, pero no, de eso ya hacía unas cuantas horas. Y es que pasó el tiempo como un suspiro, empezaba a pensar que parte de la magia gallega era como transcurría el tiempo: a veces parecías vivir la experiencia a cámara lenta , y otras sin embargo cuando te querías dar cuenta todo había pasado volando. 

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- Solo espero que lleguen a tiempo- me digo,  pensando en mis amigos, mientras dejó las cosas a buen recaudo en el albergue. Era ya tarde, y una buena ducha parece una opción razonable.