Item Descripción Valor

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Con un rápido movimiento sustituyes la copa del señor Merino por otra llena, tras lo cual su rostro se ilumina y vuelve a parecer dispuesto a hablar.


- Pues una cosa más le diré, todo el mundo cree que el señor Rovira es un huraño, pero la culpa la tiene esa extraña mulata que se trajo de Cuba.- Tu interlocutor hace una pausa y asiente seriamente con la cabeza, intentando revestir de veracidad sus confidencias.- Se habrá fijado ya en los sirvientes, todos tan solemnes, tan eficaces. Pero lo que no todo el mundo sabe es que a su vuelta también le acompañaba una mujer, de piel oscura y ojos tan negros que resulta difícil soportar su mirada.


El señor Merino se detiene, recorrido por un evidente escalofrío. Para tu desgracia, conoces algunas cosas sobre el horror, lo has experimentado de cerca, y puedes interpretar la reacción del funcionario municipal. Es la reacción de alguien que se siente atemorizado sin siquiera saber exactamente el por qué.


- En cualquier caso, mi amigo Alejo es un gran hombre.- El señor Merino intenta recuperar la serenidad bebiendo y riendo a la salud del anfitrión. Vuelve su atención un instante hacia tí y te guiña un ojo, buscando tu complicidad para hacerte una última confesión.- Además de generoso, por supuesto. Yo hago la vista gorda para facilitarle la burocracia y él se asegura de que nunca me falten fondos en los antros de juego ilegal. Como podrá comprobar nuestra amistad está sólidamente cimentada.


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Decides avanzar hacia el hombre joven, el cual parece querer controlar la sala desde su posición. Ha fijado ya su atención en tí y aguarda con porte insolente mientras te lanza una sonrisa de desafío.


- Vaya, por supuesto, esta decadente reunión no estaría completa sin nuestros estimados agentes de la ley.- Ciertamente su tono parece transmitir una cierta rebeldía.- No crea que no le he reconocido, inspector estrella. Sepa que por muy celebrados que hayan sido sus logros hay personas a las que siguen sin gustarles las fuerzas del orden, y no les ven más que como a matones al servicio de los poderosos.


Comienzas a hacerte una idea de las motivaciones del joven, parece que te encuentras ante un seguidor del anarquismo, corriente con muchos adeptos entre los intelectuales universitarios. Son numerosos los congresos de librepensadores en la ciudad, y su filosofía política, que defiende la igualdad y rechaza las jerarquías, goza de una cierta reputación.


- Observe toda esta fastuosidad, ¿no le revuelve las entrañas?- El joven gesticula ampliamente con el brazo en dirección al resto de la estancia.- Sé que usted conoce los rincones oscuros de esta ciudad, en los que una muerte miserable es algo común para los menos afortunados, debería saber de lo que hablo.