Item | Descripción | Valor |
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- Inspector Espasa, ¿cierto?- La mujer mulata que acompañaba al señor Rovira se dirige a ti con voz melosa pero inquisitiva. Quedas inmediatamente atrapado por sus ojos negros como carbones.
- Permita que me presente, mi nombre es Zoila Vargas y soy el ama de llaves de esta casa.- Te extiende la mano a modo de saludo.- Tenía mucha curiosidad por conocer al héroe que liberó a la ciudad del monstruo secuestrador de niños. ¿Quién sabe qué locura llevó a esa mujer a cometer tales atrocidades?
Por supuesto se está refiriendo al caso que te hizo ganar cierta fama. Tras meses de desapariciones de niños en los barrios más humildes de la ciudad, lograste dar con el escondite de la culpable y detenerla. Aquel lugar dantesco donde los restos de las víctimas eran usados para preparar ungüentos y otras brujerías todavía te persigue en sueños.
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Te encuentras de nuevo en el salón principal de la mansión, una impresionante estancia de dos alturas, en forma de óvalo alargado sin líneas rectas. Tres grandes lámparas modernistas cuelgan del alto techo decorado con mosaico. En la parte más alejada puedes ver una gran puerta doble de madera y vidrio coloreado que parece dar a una amplia terraza exterior.
La fiesta se halla en su momento álgido y la totalidad del salón principal bulle de actividad. Grupos de invitados empiezan a colarse por todos los rincones del gran salón, charlando animadamente, bebiendo y riendo. Los sirvientes caribeños se afanan por mantener las mesas y a los invitados bien atendidos, varios de ellos entran y salen del exterior cruzando las amplias puertas de madera.
Compruebas la hora, son las 9 y 15 de la noche y parece que el señor Rovira no tiene planeado hacer acto de presencia por el momento. Decides que no tiene sentido especular a ciegas sobre cuáles pueden ser las intenciones de vuestro anfitrión, por lo que vuelves a centrarte en tus posibles objetivos con la esperanza de averiguar algo más sobre los motivos de esta fiesta.