Item Descripción Valor

Te dispones a hacerte con las herramientas de medición, cuando por tu mente pasa una idea un tanto extraña. La ves pasar por detrás de tus ojos como si estuvieras sentado en un cine, y para cuando ves lo absurdo de la misma te encuentras agarrando a uno de los técnicos y lanzándolo contra el cristal que separa la sala de la sala del bolómetro.

El cristal se resquebraja, aunque sin llegar a romperse... no ha corrido la misma suerte el técnico, que yace en el suelo con su cabeza en una posición antinatural respecto a su propio cuerpo.

Te acercas corriendo y agarras de nuevo al técnico de la cabeza, estrellándola contra el cristal de nuevo, y ahora si rompiéndolo del todo.

Desde tu posición de espectador has podido no solo ver la escena, sino a Paco con su mano en el accionador del protocolo de limpieza. No ha podido hacerlo, puedes ver en su mirada que no podía hacerlo mientras estuvieras tu dentro.

Durante unos segundos nadie se mueve, y tu poco a poco recuperas el control de los movimientos de tu cuerpo. El otro técnico de la sala sale a la carrera directo hacia Paco, mientras agarra una de las llaves de tuvo de la sala, justo mientras al que teóricamente le acabas de partir el cuello se levanta y se dirige obviando todo lo demás a uno de los ordenadores y activa de nuevo la energía en las dos salas, para comenzar a tocar diversos valores.


Das la orden, solo hace falta un pequeño gesto para que Paco reaccione casi al momento y activa el sistema de emergencia.

Las luces se apagan, los monitores del interior de la pequeña sala del bolómetro dejan de mostrar información y durante un par de segundos la sala solo está iluminada por la luz que sale de la zona de control.

Pasados esos segundos de calma el bolómetro parece volver a arrancar, los rayos vuelven a salir, aunque de nuevo sin dolor. Paco te mira sorprendido, sin saber que hacer. Gira un monitor para que veas que indica que se encuentra al 100%, pero las luces de la sala están apagadas y nada excepto el bolómetro tiene energía.

Te pones en pie y miras sorprendido el aparato, todavía te duele la cabeza, y la sensación de pinchazos disminuye poco a poco. 

Aquello es raro, muy raro. Sin energía no debería ser capaz de funcionar. ¿Es posible que Paco haya pasado algo por alto?

En cualquier caso por tu cabeza pasan tres opciones.

La primera y más drástica, romper el bolómetro. No es una pieza barata, pero se puede volver a fabricar, y eso seguro que detenía la emisión de aquellos rayos.

La segunda salir de la sala para verificar tu mismo la situación.

La tercera y posiblemente más arriesgada, esperar. Ver que pasa y tratar de descubrir desde dentro de donde está sacando la energía...