Item Descripción Valor

No tardas en regresar al punto anterior, dirías que has hecho lo mismo que hizo Paco, pero esta vez los rayos que surgen no tienen efecto sobre ti Quizá si que era necesario que lo hicieras tu, puede que a tu amigo se le haya pasado algo por alto.

Duplicas Epsilon12 y mientras lo haces eres consciente de que está mal, que eso puede inducir a que el bolómetro se desestabilice, pero algo te está forzando a hacerlo. Por algún motivo no puedes detenerte ahora.

Del bolómetro comienza a surgir una especie de materia de color verde oscuro y de ella surgen una gran cantidad de nuevos rayos verdes que esta vez parecen ser mucho más agresivos y peligrosos, pero como antes, no tienen efecto sobre ti. Finalmente los rayos cesan.

El pequeño agujero de color verdoso se acaba de convertir en una especie de vórtice de casi dos metros de alto por algo menos de uno de ancho. La parte exterior del mismo es de un color verde oscuro algo brillante, y va tornándose al negro más profundo que nunca habías visto.

Poco a poco recuperas el control y de nuevo tu cuerpo responde plenamente a tus pensamientos y tus órdenes. ¿Has ido demasiado lejos? Quizá debas apagarlo... o, puede que...

Como guiado por un canto de sirena das un paso atrás, otro y te encaminas a la sala. Parpadeas y te detienes. Cuando eres consciente de lo que ibas a hacer no puedes evitar pensar si estaría bien o mal. Quizá acercase y tocar el vórtice, no sea tan mala idea después de todo.

Nada bueno puede salir de quedarse allí. Lo que sea que haya pasado ya ha ocurrido, y no creéis tener nada que hacer para evitarlo ya.

Recorréis el largo pasillo hasta el ascensor, alguna mirada hacia atrás de los dos delata el miedo que os rodea. El ascensor tarda unos minutos en bajar, unos largísimos minutos que parecen horas. En cualquier momento podría aparecer, quien sabe que por aquel pasillo.

Las puertas se abren, entráis y no tardáis en llegar a la planta superior y desde allí salir al exterior. El cielo azul y despejado, acompaña una preciosa mañana que recuerda a un buen día de primavera.

Os miráis y notáis un temblor en el suelo, del suelo comienzan a surgir pequeños tentáculos similares a los que habéis visto en el portal, pequeños animales surgen de las grietas del suelo y la tierra y la vegetación que os rodea se torna de un negruzco enfermizo.

Metes las manos en los bolsillos y las sacas, las miras. En una tienes tu teléfono móvil. Una llamada bastaría para que las autoridades pertinentes se presentaran allí en escasos minutos.

En la otra las llaves de tu coche. Puede que sea el momento de dejarlo todo atrás y escapar de allí antes de que sea definitivamente tarde. Al fin y al cabo tanto tu como Paco estáis vivos.