Item Descripción Valor

El óxigeno. A Lambda36 le afecta sobremanera el oxígeno. Das la orden de subirlo un 15 por ciento a la par que vas dando indicaciones para compensar otros valores. Tu cabeza trabaja a toda velocidad haciendo cálculos. Esto ya lo habías contemplado en uno de los cientos de escenarios posibles.

Después de los veinte segundos más largos de tu vida los valores se regulan y el sonido de alarma cesa.

Sin embargo, en el interior todo parece igual. Paco golpea el cristal con fuerza cuando un rayo verde lo atraviesa, por suerte sin consecuencias. Parece que ni siquiera se ha dado cuenta.

Te acercas al cristal y le indicas que mire la pantalla sobre él. Cuando lo hace parece tranquilizarse. Los rayos verdes no dejan de salir del bolómetro y estrellarse contra los muros de la sala. Respiras profundamente y te tranquilizas, tienes todo bajo control.

Asientes con la cabeza y haces un gesto con tu brazo al operario de potencia. Este, temeroso, actualiza con su teclado los valores para llegar al 90%.

Los rayos verdes aumentan de intensidad y ahora si parece que estén afectando a los técnicos y a Paco que se arrodillan llevándose las manos a la cabeza. 

¿Que harás?

Decides que Paco es totalmente autosuficiente y capaz de encargarse de los posibles contra tiempos que puedan aparecer. Sonríes a tu amigo y comienzas a ponerte el traje de seguridad para entrar en la sala del bolómetro.

Cuando estas listo te encaminas a la puerta de seguridad custodiada por los dos guardas, que al verte sonríen y asienten con sus cabezas. Abren la puerta y pasas al interior.

La sala es pequeña, el espacio es relativamente justo. Hay un par de carritos con herramientas para hacer mediciones en la sala así como varias para realizar pequeñas reparaciones insitu.

Miras el bolómetro. Ese pequeño aparato, aquello es a lo que te han llevado tus últimos años de vida, de estudio, de dedicación casi absoluta. A su alrededor la maquinaria que lo hace funcionar.

Notas como el traje acrecenta el sonido de tu respiración justo cuando te giras y ves que al otro lado del cristal, Paco y un par de técnicos más aguardan a que des el visto bueno para iniciar el experimento.

Elevas tu mano con el pulgar levantado y Paco da la orden. Un lejano ruido comienza a escucharse por la sala. Va en aumento, al igual que el porcentaje de potencia del bolómetro. Es en uno de esos momentos en los que puedes sentir lo que te han dicho tus compañeros. Es como si la electricidad pasara a través de ti, o como si estuvieras desnudo en la playa y una gran vendaval hiciera que millones de diminutas partículas de arena golpearan tu cuerpo. No es doloroso, y el sonido llega un momento en el que se deja de escuchar.

Un pequeño punto de luz verde aparece en el bolómetro. Eres consciente que ese es el límite al que habéis llegado. Nunca habéis pasado de ahí. El punto se mantiene, y tu mirada se queda fija en el mismo. 

- Aumento la potencia - 

Escuchas por el pequeño altavoz instalado en la sala. Es Paco. Cuando lo hace el punto poco a poco va haciéndose más grande, hasta que se estabiliza en un círculo de poco más de cinco centrímetros de diamétro. Te acercas curioso mientras los dos técnicos de la sala van haciendo su trabajo y un rayo sale del interior del punto verde y te atraviesa. 

Llevas tus manos al pecho, no hay dolor. Miras a tu alrededor y ves que no ha sido un único rayo. Hay por lo menos media docena de ellos saliendo del bolómetro y chocando contra las paredes, atravesando sin mayores implicaciones aparentes a tus compañeros de la sala.

- Que es eso, ¿estáis bien? - 

Paco pregunta claramente nervioso. Asientes con la cabeza girándote y viendo sus caras de sorpresas. Paco está inmóvil, esperando posiblemente una señal tuya sobre como proceder...