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11 ciclos.

11 angustiosa y terriblemente largos ciclos.

Ese era el tiempo que llevabas atrapado en aquel maldito planeta, sin nadie que pudiese ayudarte y en medio de millones de criaturas que, en caso de descubrirte, acabarían con tu vida sin dudarlo ni un instante… y eso si es que tenías suerte.

Eras consciente de que si habías logrado sobrevivir todo aquel tiempo era gracias al dispositivo de camuflaje que llevabas, el cual te permitía hacerte pasar por uno de esos grotescos seres, pues aunque eran bípedos al igual que tú y eso permitía que tus movimientos pudiesen adaptarse al camuflaje, ahí acababa toda semejanza, puesto que sus cuerpos eran completamente desproporcionados, con pieles de distintos y extraños colores y ni tan siquiera el número correcto de extremidades. Por desgracia la energía del dispositivo estaba a punto de agotarse, tendrías suerte si duraba otro ciclo más… así que debías de salir cuanto antes. Afortunadamente, el tiempo que llevabas en aquel horrible mundo no había sido inútil, puesto que, aunque con extrema dificultad y grandes dosis de suerte, habías podido ir consiguiendo lo que precisabas para poder reparar tu nave, y aquel ciclo, finalmente habías conseguido el último componente necesario. Ahora solo te quedaba regresar a ella… y esperar no haber agotado toda tu suerte, pues la iba a necesitar.

Podías intentar ir ahora, en plena noche, cuando menos de aquellos seres había fuera de las construcciones… aunque eso tal vez llamase la atención de las fuerzas de seguridad.

O podías arriesgarte y esperar al amanecer, sería más seguro moverse entonces… siempre que la energía del dispositivo de camuflaje no se agotase.

¿Quiénes eran? ¿Por qué te decían que te detuvieses? No tenías ni idea, pero dudabas que hubiesen podido atravesar tu camuflaje y descubrir la tu verdadera identidad, por lo que huir solo complicaría las cosas. Tal vez fuesen civiles, o tal vez una patrulla de incognito… no lo sabías, pero mejor no arriesgarte, y por eso te detuviste y esperaste a que aquel grupo te alcanzase.

Por sus expresiones cuando se acercaron, casi parecían que les sorprendiese el que te hubieses detenido, pero antes de poder preguntarte el motivo de su sorpresa tenías otras cosas más importantes en que pensar… como el hecho de que al acercarse te hubiesen rodeado, o que al ir a girarte vieses como otra de aquellas criaturas había aparecido y te cortaba el paso. Estaba claro que aquello no era algo amistoso… y no tardaste en averiguar el motivo.

Ladrones. Criminales que asaltaban a otros miembros de su misma especie, incluso estando en el centro de su maldito imperio. ¿Cuán depravados podían llegar a ser aquellos seres? Como si con devorar planeta tras planeta no tuviesen bastante, también se devoraban unos a otros… y por desgracia, te habías convertido en su objetivo, y no tenías nada que pudiese complacerles, al menos, nada de lo que pudieses desprenderte.

Al parecer, el hecho de que no les dieses todas tus pertenencias automáticamente hizo que decidiesen tomarlo por la fuerza, atacándote entre todos e incluso usando un arma punzante, primitiva, pero no por ello inofensiva. Te hicieron varias heridas, pero por suerte, eras más resistente de lo que podían ver y conseguiste golpear al que te cortaba tu huida.

Podías aprovechar para volver a los caminos principales, donde seguramente no te seguirían… siempre que no te alcanzasen antes. O podías intentar acabar con ellos, pues temías que si te dabas la vuelta para huir pudiesen atacarte por detrás antes de que te pudieses alejar... el problema era que si luchabas, la pelea podía atraer a alguna patrulla.