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A juzgar por sus ropas y sus movimientos, seguramente no eran miembros de las Fuerzas de Seguridad ni de ninguna patrulla, por lo que muy probablemente no te seguirían si conseguías llegar a un lugar más transitado... o al menos, eso es lo que esperabas mientras te dirigías rápidamente de vuelta al camino principal. Claro que eso dejaba la dudad de por qué motivo habían intentado detenerte y ahora te perseguían, pero tampoco es que tuvieses tiempo para preocuparte por eso ahora.

Un nuevo giro y ya pudiste ver frente a ti las luces del camino principal, así como también numerosas de aquellas criaturas, que se movían por él sin que nada indicase que te esperaban, por lo que, agradeciendo tu buena suerte, aceleraste hasta llegar al camino… y a causa de tu velocidad, a chocaste con un miembro de una patrulla que se encontraba allí estacionada y no habías visto a tiempo.

A pesar de que identificar una expresión en los grotescos rostros de esos seres era difícil, parecía que aquel con el que habías chocado estaba sorprendido por el encontronazo... pero por desgracia, también era cierto que tenía su arma peligrosamente cerca, y parecía dispuesto a usarla. Si realmente los que te perseguían no tenían nada que ver con ellos, tal vez pudieses engañarlos… pero si era una operación conjunta para atraparte, tu única opción era seguir huyendo.

El camino principal era demasiado arriesgado, no solo porque era bastante probable que te topases con alguna patrulla, sino porque entre lo iluminado que estaba y que a tu alrededor habrían a saber cuántas de esas criaturas, si te detenían, huir de la patrulla sería prácticamente imposible. Por ese motivo decidiste tomar un camino menos directo, pero a tu entender más seguro… o al menos todo lo seguro que podía ser algo en aquel lugar.

Alrededor del camino principal se alzaban numerosas estructuras similares a la que habías usado como escondite, algunas habitadas, otras usadas únicamente durante el día y otras abandonadas… y entre ellas había una gran cantidad de caminos, la mayoría de ellos estrechos, mal iluminados y con aspecto de estar bastante poco cuidados, y fue por estos caminos por donde decidiste ir.

Habías recorrido ya la mitad del trayecto sin cruzarte con ninguno de aquellos seres cuando un ruido a tu espalda te hizo girarte y ver que tres de ellos te estaban siguiendo. Desde luego, no parecían militares ni miembros de las Fuerzas de Seguridad de aquel maldito planeta, pero con esa especie nunca se sabía… especialmente porque al ver que los habías visto, te gritaron que te detuvieses.

Podías hacerles caso… pero que vieses, no había nadie más cerca, por lo que seguramente podrías escapar y dejarlos atrás sin problemas.