Descendéis Bidasoa abajo y, a través de un pequeño agujero en la estera que te cubre distingues las luces de la ciudad y uno de los puentes que unen España con Francia. No tardas en darte cuenta de que no os encontráis lejos de la Isla de los Faisanes, y se lo comunicas a tus compañeros.

-Andoni- llama Julián, en un tono casi inaudible-, tsssst.

El barquero os mira de reojo, incrédulo. La guardia fronteriza es relajada, pero estáis demasiado cerca, parece pensar.

-Andoni, déjanos en la Isla de los Faisanes- le dice-. Es nuestra parada.

-¿En Konpantzia?- no da crédito-. ¡¿Y qué se os ha perdido ahí?!

-Es largo de contar- insiste el enfermero-. Creo que vamos a tardar menos en bajarnos que en explicártelo.

-Cagüenla que estáis locos- protesta. Los Hernández os miran sin dar crédito-. No pienso volver a por vosotros.

Andoni dirige con pericia y discreción la barca al islote y os conmina a descender con premura.

-Te aseguro que sabemos lo que hacemos, Andoni- le intenta tranquilizar Amelia-. Muchas gracias por lo que habéis hecho por nosotros.

Te despides de Andoni y de la familia de refugiados con un gesto, y les deseas sinceramente que tengan suerte en el futuro. La barca se aleja lentamente y os quedáis solos en la isla. Consultas el reloj; en cinco minutos, la isla pasará a dominio francés; ha sido por un estrecho margen pero lo habéis conseguido.

-Era imposible anticipar que iba a ser tan complicado salir de aquí.- suspiras con alivio.

-Y tanto- tu compañero de repente señala una luz que desciende por el río-. ¿Qué creéis que es eso?

-Una barca, sin duda- observas-. Diría que de la Guardia Civil.

-Andoni no ha podido alejarse demasiado y esa lancha va a motor. Si les abordan, les detendrán.

-No si les entretenemos- sugieres-. Si les provocamos vendrán por nosotros. Habremos desaparecido en un minuto, y la Puerta del Tiempo permanecerá cerrada durante los siguientes seis meses; la guardia civil perderá buscándonos en este pedazo de tierra el tiempo que Andoni necesita para llevar a Hendaya a los Hernández.

Tus compañeros se miran sin saber qué hacer; de nuevo, es momento de que el grupo decida.

JULIÁN MARTÍNEZ