Libros

Autor: Steve Jackson 
Editorial: Altea Junior 
Secciones: 400
Páginas: 216
Actualmente descatalogado :( 

Desempolvé mi copia de «La ciénaga del escorpión» a tenor de algunos comentarios en el canal del Telegram de Librojuegos.org en los cuales se comentaba que, probablemente, éste era el primer mundo abierto diseñado en un librojuego. Y la verdad es que, después de jugarlo, estoy de acuerdo.

La ciénaga es un mundo abierto porque el librojuego nos permite recorrer sus claros de forma orgánica, pasando de uno a otro y volviendo muchas veces sobre nuestros pasos. De hecho para completar las misiones hay que hacerlo, ya que al final hay que regresar al pueblo de salida (Fenmorge) para informar a tu patrón de los resultados obtenidos. 

Hay un par de cosas que distinguen este librojuego de otros de la colección «Lucha Ficción» (Fighting Fantasy). De primeras, aparte la creación típica del personaje (con su Destreza, Resistencia y Suerte basados en el azar), tenemos también la posibilidad de usar unas gemas de encantamientos que nos darán poderes adicionales. Además estas gemas dependerán de qué contrato aceptemos al empezar a jugar.

Precisamente el tema de las misiones es lo que le concede una rejugabilidad adicional al título. Podemos escoger entre tres distintas y cada una depende del patrón al que queramos servir (bueno, neutral o maligno). De hecho hay personajes en la ciénaga que reaccionarán de distintas formas ante nuestros objetivos. 

Pero sin duda lo que más distingue a este libro de otros de la colección es que no hay un recorrido lineal con distintas decisiones, como suele ser habitual, si no que nos moveremos libremente por la ciénaga. De hecho todo está construido sobre esa premisa: la exploración. Los sitios que visitemos «recordarán» nuestro paso y normalmente variarán cuando pasemos de nuevo por ellos. Para ello cada claro tiene asignado un número y un escenario, y cuando pasamos por él se nos pregunta si es la primera vez (y seguimos leyendo) o si ya estuvimos allí. Y dependiendo de lo que hiciéramos podemos encontrarnos situaciones distintas. 

Jackson incluso se preocupa, en la introducción del juego, de dar una explicación lógica para que nuestro aventurero sea capaz de explorar la ciénaga sin perderse. Y la exploración es amable. No hay un mapa intrincado y rebuscado, con cosas que cambien continuamente fruto del azar, sino que se puede dibujar sin demasiados problemas. La experiencia es muy disfrutable. Sí que es cierto que no dejan de ser una serie de encuentros dentro de un lugar mágico, que recuerdan al mazmorreo más clásico, pero es precisamente lo que se nos oferta desde su premisa inicial.

Además hay situaciones que me parecen novedosas teniendo en cuenta la época del librojuego. En muchos casos tenemos más de una opción para resolver el problema, aparte de lanzarnos a espadazos. Los conjuros le dan la variedad suficiente al asunto, pero otras veces también dependerá de a quien servimos o como nos comportemos con los personajes que habitan el pantano. 

Otra cosa que me ha encantado, y que lo diferencia de otros de la colección, es la ausencia de muertes automáticas. Sí que he visto una, pero para «forzarla» hay que ser bastante cabezón. En mi caso lo hice solo por comprobar a donde me llevaban esas decisiones, pero tenía claro que iba a acabar mal.

Me parece un gran librojuego, muy rejugable, divertido, bien medido. Ojalá en el futuro la editorial Celaeno, que está reeditando esta colección, lo tenga en cuenta para incluirlo en su catálogo.