Item Descripción Valor

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Mientras te aproximas al inquieto personaje, te parece escuchar cómo murmura enojado algo en francés. Al percatarse de tu presencia, compone el gesto y se dirige a ti resignada pero educadamente.


- Buenas noches, caballero, mi nombre es Nicolas Tessier.- Su pronunciación gutural de las erres resulta extremadamente reveladora.- ¿A usted también le importuna este retraso inadmisible? No alcanzo a entender por qué el señor Rovira todavía no se ha dignado a comparecer ante nosotros.


Uno de los sirvientes que deambulan por el salón os interrumpe momentáneamente para ofrecer una bandeja cargada de bebidas, propuesta que es rápidamente desdeñada por tu interlocutor mediante un gesto áspero con la mano.


- Disculpe mi falta de humor, me temo que esta noche mi compañía no será la más agradable.- El señor Tessier intenta excusarse con cortesía por su actitud poco amistosa, pero está claro que no se siente nada cómodo en la fiesta.


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El comisario Torres apenas puede ocultar su asombro ante la magnificencia de la sala principal. Se trata de una impresionante estancia de dos alturas, en forma de óvalo alargado sin líneas rectas. Tres grandes lámparas modernistas cuelgan del alto techo decorado con mosaico trencadís. En la parte más alejada puedes ver una gran puerta doble de madera y vidrio coloreado que parece dar a una amplia terraza exterior.


Varios grupos de invitados conversan ociosos entre las mesas, servidas generosamente con viandas y refrigerios de todo tipo. Un sirviente se encarga de mantener los mostradores y a los invitados bien atendidos. Parece que todo el personal de servicio de la mansión está formado por robustos mulatos extremadamente eficientes, una muestra de exotismo que sin duda proviene del pasado cubano del señor Rovira.


- Creo que nuestro anfitrión aún tardará un tiempo en aparecer.- El comisario se ha sobrepuesto al impacto inicial y su atención está ahora totalmente dedicada a las bien surtidas mesas.- Como le decía, hable con la gente, muévase entre los invitados y déjese ver un poco. Nos encontraremos más tarde.


Mientras observas a los invitados en busca de personas con las que conversar, un reloj marca las 9 en punto.