Item Descripción Valor

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La joven realiza un expresivo gesto de consideración y te devuelve una amplia sonrisa pícara.


- Vaya, de forma que nuestro insigne inspector estrella necesita de mis servicios para ubicarse en esta pequeña fiesta.- Inés se aferra de manera desenfadada a tu brazo, regodeándose abiertamente con la situación, y comienza a caminar por la terraza. Cada vez que pasáis cerca de un grupo de invitados tu acompañante inicia un pormenorizado relato de los gustos y tendencias de cada uno de ellos. Tras un corto periodo de tiempo estás al tanto de la mayoría de chismorreos relacionados con los asistentes.


- Hay una cosa más, se supone que es una sorpresa y que nadie lo sabe aún, pero la verdad es que nunca he sido buena guardando secretos.- La joven te mira con intensidad antes de ponerse de puntillas para acercar su rostro al tuyo y susurrarte al oído.- La intención del señor Rovira esta noche es la de presentar en sociedad al que será su heredero, un muchacho joven al que poca gente conoce, hijo de su sobrina al parecer.


Por un momento tu interés se divide entre la información recibida y la cautivadora presencia de la señorita Valverde.


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Te encuentras en una amplia terraza de mármol blanco con elegantes balaustradas y jardineras incrustadas de mosaico. Al igual que el interior este espacio se encuentra ocupado por bien abastecidas mesas alrededor de las cuales se arremolinan los joviales invitados.


Dos estilizadas escaleras descienden en semicírculo a cada lado de la terraza, salvando unos pocos metros de altura para alcanzar el patio inferior, cuya zona central está totalmente ocupada por un singular laberinto de arbustos perfectamente mantenido. Una pareja de espléndidas esculturas adornan las entradas al entramado formado por los setos.


El fresco aire nocturno hace evidente la privilegiada situación de la mansión, y resulta un agradable cambio respecto al cargado ambiente del interior de la sala. Alejados como estáis de la ciudad, el despejado cielo sin luna permite admirar con extraordinaria claridad las refulgentes constelaciones.


Observas con detenimiento a los diversos grupos de asistentes formados a tu alrededor. Tienes la sensación de que el entorno se presenta más relajado, como si estas personas estuviesen poco interesadas en los motivos del señor Rovira. Ves que son las 9 y 15 de forma que decides buscar a alguien con quien entablar conversación.