Item Descripción Valor

48

El señor Tessier te contempla con atención, intentando determinar si existe algún motivo oculto tras tu pregunta o si tu interés proviene de la simple curiosidad.


- Para empezar, este tipo de reuniones sociales no resultan en absoluto de mi agrado. El señor Rovira ha sido hasta el momento uno de mis aliados empresariales más valiosos, y eso es debido a que le considero un hombre serio, poco inclinado a la ostentación. Su conducta laboral suele ser recta e intachable, y nuestros encuentros se limitan a lo estrictamente profesional.


Concedes unos segundos al señor Tessier, quien ahora parece observar con desagrado al resto de asistentes, como si hasta ese momento no se hubiera percatado de su presencia, la cual parece obvio que le resulta especialmente irritante.


- Lo último que necesito ahora mismo es una fastidiosa fiesta. Decenas de miles de mis compatriotas están entregando sus vidas heroicamente en la defensa del río Marne, tan cerca de París que las tropas se desplazan al frente utilizando los taxis de la ciudad. Mientras tanto aquí se ignora la guerra que asola Europa, más aún, se trazan planes para beneficiarse de ella manteniéndose al margen del conflicto, es una situación que no puedo tolerar.


33

El comisario Torres apenas puede ocultar su asombro ante la magnificencia de la sala principal. Se trata de una impresionante estancia de dos alturas, en forma de óvalo alargado sin líneas rectas. Tres grandes lámparas modernistas cuelgan del alto techo decorado con mosaico trencadís. En la parte más alejada puedes ver una gran puerta doble de madera y vidrio coloreado que parece dar a una amplia terraza exterior.


Varios grupos de invitados conversan ociosos entre las mesas, servidas generosamente con viandas y refrigerios de todo tipo. Un sirviente se encarga de mantener los mostradores y a los invitados bien atendidos. Parece que todo el personal de servicio de la mansión está formado por robustos mulatos extremadamente eficientes, una muestra de exotismo que sin duda proviene del pasado cubano del señor Rovira.


- Creo que nuestro anfitrión aún tardará un tiempo en aparecer.- El comisario se ha sobrepuesto al impacto inicial y su atención está ahora totalmente dedicada a las bien surtidas mesas.- Como le decía, hable con la gente, muévase entre los invitados y déjese ver un poco. Nos encontraremos más tarde.


Mientras observas a los invitados en busca de personas con las que conversar, un reloj marca las 9 en punto.