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¿Quiénes eran? ¿Por qué te decían que te detuvieses? No tenías ni idea, pero dudabas que hubiesen podido atravesar tu camuflaje y descubrir la tu verdadera identidad, por lo que huir solo complicaría las cosas. Tal vez fuesen civiles, o tal vez una patrulla de incognito… no lo sabías, pero mejor no arriesgarte, y por eso te detuviste y esperaste a que aquel grupo te alcanzase.

Por sus expresiones cuando se acercaron, casi parecían que les sorprendiese el que te hubieses detenido, pero antes de poder preguntarte el motivo de su sorpresa tenías otras cosas más importantes en que pensar… como el hecho de que al acercarse te hubiesen rodeado, o que al ir a girarte vieses como otra de aquellas criaturas había aparecido y te cortaba el paso. Estaba claro que aquello no era algo amistoso… y no tardaste en averiguar el motivo.

Ladrones. Criminales que asaltaban a otros miembros de su misma especie, incluso estando en el centro de su maldito imperio. ¿Cuán depravados podían llegar a ser aquellos seres? Como si con devorar planeta tras planeta no tuviesen bastante, también se devoraban unos a otros… y por desgracia, te habías convertido en su objetivo, y no tenías nada que pudiese complacerles, al menos, nada de lo que pudieses desprenderte.

Al parecer, el hecho de que no les dieses todas tus pertenencias automáticamente hizo que decidiesen tomarlo por la fuerza, atacándote entre todos e incluso usando un arma punzante, primitiva, pero no por ello inofensiva. Te hicieron varias heridas, pero por suerte, eras más resistente de lo que podían ver y conseguiste golpear al que te cortaba tu huida.

Podías aprovechar para volver a los caminos principales, donde seguramente no te seguirían… siempre que no te alcanzasen antes. O podías intentar acabar con ellos, pues temías que si te dabas la vuelta para huir pudiesen atacarte por detrás antes de que te pudieses alejar... el problema era que si luchabas, la pelea podía atraer a alguna patrulla.

A pesar del modulador de voz que incorpora tu camuflaje, no podías arriesgarte a ser detenido o cuestionado si salías por la noche, pues tu escaso conocimiento del idioma podía delatarte, así que decidiste esperar a que amaneciese y así aprovechar para descansar.

Varias horas después, casi completamente cubierto por la densa nube de contaminantes, el sol se alzó en el horizonte, y con él, el lugar empezó a despertar, por lo que cogiste las piezas que necesitabas para reparar tu nave y abandonaste la estructura abandonada que te había servido como refugio hasta el momento.

Aún te costaba entender cómo era posible que tantos de aquellos seres pudiesen vivir en tan poco espacio, debían de haber cientos, tal vez miles de ellos a tu alrededor, dificultando tu avance, especialmente a causa de su horripilante aspecto y el terrible hedor que emanaban, cosas que tenías que obligarte a ignorar para que no te descubriesen. Por suerte para ti, parecían ignorarse unos a otros, lo cual te ayudó a pasar entre ellos sin llamar la atención… al menos hasta que varios pitidos provenientes del dispositivo de camuflaje te avisaron del inminente agotamiento de su energía.

El miedo y la impotencia se adueñaron de ti mientras observabas el lugar donde tu nave estaba oculta… ¿Podrías alcanzarlo a tiempo?