Una noche que salía de casa de un amigo, me quejaba que no tenía nada que leer en el metro hasta llegar a mi casa. Él me dijo: “Si quieres te dejo este cómic. No parece gran cosa al principio, pero a mí me gustó”. Al volver, en el vagón, empecé a leérmelo. El tema no me atraía nada (tenía toda la pinta de esas historias de mujeres resentidas al grito de “todos los hombres son iguales”); y el dibujo no era nada especial, la verdad, pero era mejor que media hora mirando cómo pasan las estaciones. Y me encantó.
Siendo franco, no sabría muy bien decir qué tiene: historia sencilla, nada del otro mundo, bien contada, eso sí, pero nada singular. El dibujo, pues sencillo, tampoco nada sobresaliente. Pero empiezas a leer y es “un no parar”, te metes en la historia rápidamente y los personajes pasan a ser como de la familia. Tanto, que se me hizo demasiado corto. De eso mismo hablamos mi amigo y yo: no sabemos si es que el libro es corto, y estaría bien unas páginas más; o es que nos gustó tanto que queríamos más.
Siento no saber decir qué me gustó del cómic, pero tengo el alivio de saber que no soy el único.
Siento no poder decirte si se parece o no porque Pedro Páramo es uno de los libros que tengo pendientes...
Por lo que pone en el argumento me recuerda MUCHO a Pedro Páramo, de Juan Rulfo...
Y la nota: