No soy objetivo, así de simple.
Soy un fan incondicional de El Principito de Exupéry y cuando vi que había un cómic, mi vena consumista me obligó a hacerme con él. El hecho de que me lo regalasen, disipó la tensión entre dicha vena consumista y mi tacañería y unos días después lo devoré, deteniéndome en sus viñetas, en lo adorable del dibujo, en la ternura que logra transmitir Joann Sfar. El principito es un cuento genial, magistral; y el cómic le hace justicia. Es una muy buena adaptación, aunque no creo que tenga la capacidad de emocionar del cuento, que —creo— todos deberían leer una o dos veces.
La prosa está a menudo calcada del original, aunque algo sintetizada. No sé si es cosa de la traducción, pero algunas de las decisiones que se toman al respecto de la formulación de ciertas frases no me gusta nada —releeré el cuento para saber si esto también pasaba en su traducción y se intentó mantener o si es cosa del nuevo equipo—. Ciertos personajes, en mi opinión, ganan muchos con el apoyo gráfico, como la Flor. Especialmente la Flor, de hecho, que es sencillamente cautivadora.
El dibujo es muy interesante. Un estilo muy europeo, unos colores muy fuertes. Total despreocupación por la proyección de sombras en el suelo, pero un mimo muy concreto en ciertas sombras sobre los cuerpos de los protagonistas, con un estilo rayado muy característico. Un estilo muy fantasioso que ayuda a visualizar unos personajes de ensueño, alejados de la realidad, unos personajes que nos devuelven a la infancia llevándonos de la mano.
Un gran trabajo en todos los sentidos. Un placer haberme perdido en sus páginas y haber vuelto a la fantástica historia que Antoine de Saint-Exupéry publicó en Abril de 1943.
Muy bonito y fantasioso..
Muy hermoso y cautivador, tal y como cabía esperar.