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Las historias que componen cada arco argumental se cuentan a dos niveles. Por una parte están los problemas a los que Hundred se enfrenta de forma cotidiana como alcalde de una gran ciudad. Y por otro lado está su pasado como superhéroe, que se nos muestra en flashbacks aumentando la profundidad del personaje y mostrando cómo su pasado está enlazado con su presente.

Por ejemplo, en el primer número Hundred es víctima de un intento de asesinato mientras da un discurso, y a través de flashbacks conocemos cómo consiguió sus poderes y cómo se metió en política.

Este tebeo puede interesar más a los que les guste "El ala oeste de la Casa Blanca" que a los fans de "Smallville", ya que la parte más jugosa de la obra trata del baile administrativo y los compromisos políticos en los que Hundred se ve envuelto como alcalde. Eso no quiere decir que la parte "superheroica" sea menos interesante, pero no es el foco principal de la historia. Después de todo el protagonista decidió retirarse de superhéroe porque pensaba que conseguiría ayudar a más gente como político que paseándose entre rascacielos con un cohete atado a la espalda.



A mí me ha gustado mucho desde el principio tanto por el guión como por el dibujo, y siempre que llegaba al final de un número tenía muchas ganas de leer el siguiente.



Pero. Me fastidia lo lentamente que se desarrollan las historias. Es un ritmo muy pausado (o a mí me lo parece) en el que el autor va dando pistas de lo que está por venir en la historia pero tarda mucho en revelarlo. Especialmente en todo lo que concierne a La Gran Máquina.



En definitiva, me parece un buen cómic y muy recomendable aunque no imprescindible.