Un genial cómic de David Lapham cargado de suspense, que me enganchó desde el primer momento ante la tensión de que sería lo próximo en ocurrir.
De nuevo, David Lapham hace alarde de su talento con el dibujo y lo enfatiza en esta ocasión con claroscuros y grises que marcan aún más la atmósfera opresiva de la historia que hizo que me quedara pegado al cómic, gracias a la trama llena de revelaciones y secretos al más puro estilo de Mátame (su otra joyita), pero con otro tipo de intención, ya que en esta ocasión más que llevar una historia de género negro de época al cómic, lo que hace es crear un argumento lleno de suspense y tensión al más puro estilo del cine de Hitchcock, y lográndolo de manera eficaz.
Se trata de una historia mucho más ligera que Mátame o Balas Perdidas en cuanto a historia y número de páginas, y su lectura se hace más rápida, quizás demasiado y esa es la única pega que le he visto, que algunos acontecimientos parecen haber sido forzados a ir más rápido por lo que pierde un poco de profundidad, sin embargo no deja de ser un pequeño fallo en un buen cómic que se lee del tirón que aunque no está al nivel de otras obras del autor, si que mantiene el tipo.
Tiene su punto y el suspense de la historia engancha, como lectura ligerita cunde y aunque es prescindible, no creo que defraude a quien sea seguidor del autor, ya que pese a parecerme inferior a otras de sus obras, se degusta igual de bien.