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 Advierto de que el argumento lo he escrito de forma muy libre, porque es un volumen muy corto (es un preludio para el cómic Top Ten) y prácticamente incurriría en spoilers dijese lo que dijese.

Alan Moore es un gran guionista, es un tipo con unas grandes ideas y he de decir que me sorprende que no haya ninguna reseña de ningún cómic suyo en Umbría, cuando es uno de los guionistas más mundialmente reconocidos. Top Ten, la original, no esta precuela, es una obra redonda. Perfecta, envidiable. En un tono desenfadado y humorístico nos plantea una ciudad de supergente, con sus cosas buenas y sus cosas malas. La idea puede no parecer grandiosa, pero ahí entra su talento como guionista, los giros que da a la historia, las perspectivas desde las que examina la situación y los grandiosos personajes que pueblan las páginas. Sí, Top Ten es uno de mis cómics favoritos, así que cuando vi Top Ten: the forty-niners en la tienda —con el mismo guionista y el mismo dibujante que el volumen original— a 10€, no pude resistirme a comprarlo.

No ha sido una mala compra. Tampoco ha sido lo que me esperaba. El dibujo está muy bien, Gene Ha tiene un estilo que me gusta; aunque le falte, tal vez, algo de dinamismo. El guión no es malo, en absoluto; de hecho la historia es, a priori, tan interesante como siempre; los personajes son claros y definidos a pesar de la escasa extensión del tomo; pero diría que le falta algo. Los personajes, pese a parecerme definidos, no me parecen atractivos ni interesantes, sus poderes me parece pálidas sombras de lo que mostró en Top Ten, la historia central está bien, sí... pero igualmente no consigue enganchar. The forty-niners cumple, pero no deja de ser una sombra triste y callada de la obra a la que introduce.

Una lástima. Podría haber sido mucho mejor.