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Decadente, descarnada, irreverente, cruda, soez, diferente, entretenida, divertida, violenta (a ratitos), desagradable, triste, esperanzadora...

Se me ocurren decenas de adjetivos para esta novela, que me ha sorprendido en muchos sentidos, empezando porque tenga ciertos tintes autobiográficos. Ambientada en el Los Ángeles de los '60, "Cartero" describe la triste y lamentable vida de Henry Chinaski, un tipo asqueado de la vida que sufre en sus carnes lo irreal del sueño americano. Entre alcohol, sexo y apuestas trascurra la vida del potagonista, narrada con un lenguage soez y descarado, lleno de palabras malsonantes que son imprescindibles para entender el estado de ánimo del protagonista.

Me ha encantado. Le doy un 9/10, y pienso leerme las otras cinco obras del mismo autor.

Muy recomendada para los tiempos que corren.

Por cierto, haberla clasificado como "Supervivencia", no es casualidad. Pero no hay zombies en la novela. O sí?