A lo largo de 363 páginas divididas en tres partes, se desarrolla la odisea de Jack Randall en Nueva Richmond. La novela, a caballo entre la ciencia-ficción y los thrillers policíacos, no está del todo mal pero tampoco la veo digna de ser (como fue) un best seller.
Código muerto, primera parte del libro, es una presentación de la trama con un ritmo quizá excesivamente lento. En él, alguna traza de la vida pasada de Randall, explicaciones de la estructura y origen de Nueva Richmond y algún suceso determinante a lo largo de la obra.
El Abismo fue quizá la parte que más me gustó. Dejamos atrás el oscuro ambiente de novela policiaca y nos metemos en otro estilo sensblemente distinto. A pesar de que al autor se le escapan algunos conceptos de las manos o que no supe entender lo que trataba de evocar, el Abismo y sus criaturas (arbustos, hojas, campesinos, aves...) me resultaron delirantes y difíciles en extremo de comprender por completo. Aún así, contiene alguno de los pasajes que más me han gustado de la novela, destacando el primer capítulo.
Nueva Richmond, la tercera parte de la novela es quizá a mi gusto la más floja de las tres, probablemente al ritmo desenfrenado que llega a tener el desarrollo, muy similar a su modo a La jungla de cristal.