Con esta primera novela, Arturo Reverte nos presenta al personaje, utilizando un estilo literario impecable que imita con gran acierto la forma de escribir de la época. Reverte demuestra además, ser un gran conocedor de Madrid y de su historia.
El problema que le veo, como me suele ocurrir generalmente con Reverte, es que el final de la novela llega de sopetón sin saber muy bien ni cómo ni porqué.
Lo único que realmente me gustó fue la ambientación, ese Madrid oscuro en le que en cualquier momento de descuido te podías dar por muerto.
El resto de la novela es pasable. Se deja leer.