Un mundo apocalíptico siempre trae drama, un mundo de zombies es sinónimo de desesperación, pero cuando estos muertos pueden hablar y usar herramientas, cuando toda forma de vida es contaminada, no hay refugio para la esperanza. ¿O sí?
No voy a spoilear nada, obvio. Diré que esta novela me tuvo atrapada desde el inicio y que no me esperaba un transfondo de este tipo a lo de los muertos vivientes. Me he enamorado y sufrido con los personajes, sobre todo Jim, Frankie y Danny. Me ha impactado emocionalmente, vamos que la angustia de ellos se convirtió en la mía. Y así y todo no podía parar de leerlo. Es un libro que te tiene enganchado y con la pregunta de “¿cómo van a hacer?” todo el día. No son humanos con un trasfondo de muertos, sino muertos, muertos por todos lados y unos pocas personas viviendo en el infierno.
Tiene acción, tiene drama, y desesperación por todas partes. Lo recomiendo para todo amante del género.
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