El estilo es sencillo y emotivo, los ritmos son rápidos como corresponde a literatura infantil, pero también cargados de profunda ironía y crítica sociohistórica que probablemente sólo un público adulto pueda comprender. Es una trilogía (Luces del Norte, La Daga, El catalejo lacado) que de haberse vendido a los niveles de, por ejemplo, Harry Potter, habría sido prohibida y quemada públicamente en las calles. Su feroz crítica a la religión es de antología. Os dejo un par de fragmentos (abusando de espacio) a modo de ejemplo:
"Hermanas, yo os explicaré qué ocurre y contra quien debemos luchar. Sí, hemos de luchar porque se avecina una guerra. Ignoro quien se unirá a nuestro bando, pero sí sé a quién tendremos por adversario. Nuestro contrincante es el magisterio, la Iglesia. Durante toda su historia, que aunque no es tan larga desde nuestro punto de vista, sí suma muchas, muchísimas vidas de las suyas, ha tratado de suprimir y controlar todo impulso natural. Y aquellos que no puede controlar los ataja de raíz. Algunas de vosotras presenciasteis cómo actuaron en Bolvangar. Eso fue horrible, pero no se trata de una práctica aislada. Hermanas, vosotras conocéis sólo el norte. Yo, en cambio he viajado a las tierras del Sur. Creedme cuando os digo que allí hay iglesias que también amputan a los niños tal y como hicieron en Bolvangar, no de la misma manera pero de forma igualmente repulsiva. Les cortan los órganos sexuales, si, tanto a los niños como a las niñas; se los cercenan con cuchillos para que no puedan sentir. Así procede la Iglesia, todas hacen lo mismo: controlar, destruir y erradicar toda sensación placentera. Así pues, si estalla una guerra y la Iglesia se sitúa en un bando nosotras debemos unirnos al otro sin reparar en los extraños aliados que podamos encontrar"
(la reina bruja Ruta Skadi hablando a una asamblea de brujas)
"Creo que fue en aquella fiesta, o quizá fuera en otra, cuando aquel chico y yo nos besamos por primera vez. Ocurrió en el jardín. Me sentí embargada por la música que sonaba en el interior de la casa, y el silencio y el frescor que reinaba entre los árboles... Todo mi cuerpo ansiaba que me abrazara pero éramos casi demasiado tímidos para dar el primer paso. Casi. Sin embargo uno de nosotros lo dio y acto seguido, como un salto cuántico, súbito nos besamos, y más que en China creí estar en el paraíso.
Nos vimos media docena de veces, no más. Luego los padres del chico se mudaron y no volví a verlo. Fue una experiencia muy dulce, aunque breve... Pero la había vivido. Había conocido el Amor. Había estado en China.
Y a las nueve y media de la noche en aquel restaurante de Portugal alguien me pasó un pedazo de mazapán y pensé '¿Voy a pasar toda mi vida sin experimentar de nuevo aquella sensación? Quiero ir a China. Esta llena de tesoros y exotismo y misterio y alegría' Pensé '¿A quien beneficia que yo regrese al hotel, rece mis oraciones, me confiese con un sacerdote y prometa no caer de nuevo en la tentación? ¿A quien beneficia que yo me sienta desgraciada?'
La respuesta no se hizo esperar: a nadie. Nadie se disgustará, nadie me condenará, nadie me bendecirá por ser una buena chica, nadie me castigará por ser mala. El cielo estaba vacío. Yo no sabía si Dios había muerto o si nunca había existido. En cualquier caso experimenté una sensación de libertad, de soledad, y no sabía si alegrarme o lamentarme. Y aquel gigantesco cambio de había producido cuando probé el mazapán, incluso antes de tragarlo. Un sabor... un recuerdo... un hecho que cambia tu vida..."
(Mary Malone hablando a Lyra y Will)
??šltimo aviso, beatos abstenerse.