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Probablemente la primera gran obra literaria de Occidente, la Odisea es un nodo en el que se cruza la narración oral y una nueva forma de literatura épica que, con el correr de los tiempos, acabará desembocando en la novela tal y como la conocemos. Mecanismos narrativos tales como el flashback, que nos hacen aplaudir con las orejas si los vemos Perdidos -una serie también de Náufragos, por cierto- son abundantes en la Odisea. Tuve un profesor que siempre decía: "Tomen en una mano la biblia y en otra la Odisea. Estarán sosteniendo en ese momento toda nuestra cultura". Puede que fuera un exagerado, no sé.

El caso es que la Odisea es una lectura sorprendentemente amena para el lector actual, plena en descripciones escabrosas y macabras (sobre todo de batallas) y el esqueleto de su historia es fundamentalmente el secreto de su pervivencia. Es una delicia acompañar a Ulises en su regreso a Ítaca, y conocer al rey que abandonó su reino natal para participar en una larga lucha en tierras lejanas que se prolongaría 10 años (más otros 10 de regreso); las sensaciones de frustración que provoca su regreso, su perplejidad al constatar el pobre estado en el que se encuentra Ítaca, su tristeza cuando entiende que sus súbditos le han dado la espalda, y su determinación para hacer de su reino el lugar que era anteriormente, aun enfrentándose completamente solo a los falsos pretendientes que se disputan el privilegio de usurpar su trono. La determinación, el coraje y la astucia de Ulises serán sus únicas armas para recuperar el lugar que es suyo por derecho.

Una lectura, en definitiva, muy recomendable.