El libro nos muestra a lo largo de sus cuatro capítulos ( I- El polo del mundo / II- El continente ártico / III- La Hiperbórea / IV- El Polo y la simbólica del centro.) las constantes referencias de diversos pueblos a la "Tierra de luz" a lo largo de la historia.
El autor nos habla de la existencia de una Edad de Oro al inicio de los tiempos, en la que el cielo estaba cerca de la tierra, y las cosas terrenales eran medio celestes, una edad de completa ascesis, donde la limitación de necesidades y el dominio de la mente sobre las sensaciones conseguían llevar a cabo el predominio del espíritu sobre la materia.
Con multitud de citas de textos sagrados de los pueblos antiguos queda patente que la existencia de la Edad de Oro y de la Tierra de luz no era un hecho aislado, sino que cantidad de pueblos que vivían separados por vastas distancias, conservaban en sus culturas referencias a cerca de ello.
A lo largo de sus menos de 90 páginas, se efectúa un recorrido por las tradiciones ancestrales de distintos pueblos que hablaban de una Edad de Oro de la Tradición al comienzo de los tiempos, conservada ahora en la Tierra de Luz a la cual es posible llegar sólo alcanzando una pureza espiritual completa.
Es un libro cargado de tradición que te hace reflexionar sobre la cantidad de leyendas que quizá pudieron ser realidad en tiempos remotos. Quizá eso sea lo que más me ha gustado de él, que te hace pensar que muchas cosas que hoy se consideran fantasiosas pueden ser ciertas.
(La foto que subo como portada no se corresponde con la del libro).