Esta segunda triología me gustó, sí, pero creo no tanto como las Crónicas. ¿Por qué? Pues porque aquí, digamos que todos los personajes van muy a su bola (ojo, eso a alguien le puede gustar, pero yo prefiero trabajo en equipo) y no se preocupan de tener aventuras (Tas aparte), puesto que están demasiado centrados, o obsesionados, con su deber. Sin embargo, algo de esto cambia en el tercer libro :D
A lo largo de los tres libros, uno puede darse cuenta del cambio que adquieren muchos de los protagonistas, siendo Caramon el más evidente a la vista.
Una lectura recomendada - por no decir obligatoria- para todos aquellos "amantes" de la Dragonlance, puesto que sigue el hilo de la trama al concluir las Crónicas.
Si sale Raistlin es bueno, eso es así. (No se nota nada que es mi personaje favorito, ¿no?). Hablando en serio, las Leyendas están un paso más allá que las Crónicas en tanto en cuanto los escenarios y las situaciones son más grandiosas y espectaculares. La caida de Isthar, la guerra de los enanos... Para gustos los colores, pero las Crónicas me parecieron más "humanas" y las Leyendas más "divinas".