Libros

Lo mejor de las antologías de Bruguera es la cantidad de relatos que traen y lo manejables que son. Si nos ponemos picajosos, lo peor es la miniletra y el papel de usar y tirar que emplean (por mi parte, no tengo nada en contra del papel. Me gusta cuando amarillea en los libros viejos).
El título de la antología, “las mejores historias de ultratumba”, deja un poco más de campo a la hora de seleccionar los relatos, ya que no tienen que ceñirse a fantasmas exclusivamente, ni resulta tan genérico como “terror”. En realidad todas ellas están relacionadas de algún modo con una intervención sobrenatural (concebida como “obra del más allá”). En la recopilación, pese a una presencia bastante importante de clásicos anglosajones, ya Stevenson, Le Fanu o algunos otros más cercanos a la fecha como Seabury Queen, no falta la participación continental, con Claude Seignolle y, ¡no podía faltar! Jean Ray (de hecho, el autor era muy amigo de este último), en la que el componente macabro es mucho más teatral y grandilocuente que en las historias británicas.
Quizá el relato que más me sorprendió fue Monsieur Barbazul, de Emil Petaja, por la inclusión del humor y un cierto sentido del absurdo.