Libros

Esta forma de construirse el libro lo hace perfecto para crear una partida ambientada en el Madrid de hoy día o con algunos cambios en cualquier gran ciudad con fuerte movimiento de bandas alternativas y conciertos en vivo. La aventura giraría alrededor de la vida y sobre todo la muerte de Guy Carrer Michelet (conocido como Pumuky), llevando los personajes a fans, amigos, periodistas o policías que quieren resolver el caso.

El árbitro podrá decidir por sí mismo en base a las pistas quién es el verdadero asesino (incluyendo un posible suicidio, aunque para una partida es el final menos interesante, claro) y usar varios textos de la novela como referencia directa para los jugadores, ya que incluye declaraciones de testigos incluyendo la última persona que vió a Guy con vida. Además, la autora, jugando de nuevo con el concepto de hiperrealidad, creó varios contenidos externos como cuentas en facebook de los músicos, un myspace, temas musicales, un videoclip y hasta la notica de la muerte. Son un poco cutres, pero como ayudas de juego, van de sobra.

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En lo personal el libro me ha gustado y de hecho lo estoy releyendo. Tiene buen ritmo aunque a veces se ponga pesada con el sexo: no con su existencia, sino con lo repetido del mensaje que mete. Lo mejor es cómo está construida la historia para engancharte y obligarte a hacer varias lecturas en cada una de las cuales vas cambiando de opinión sobre lo ocurrido según vas encajando los testimonios de unos y otros. Se lee de un tirón y deja un buen sabor de boca sin tener la sensación de estar ante una obra maestra. Como ir a comer a un restaurante que sin ser de tres tenedores, a tí te gusta cómo cocinan porque lo hacen con cariño. Y sales satisfecho.