Cuarto capítulo de mi ciclo de lecturas infantiles. Esta famosa obra de Roadl Dahl (más conocido, probablemente, por Charlie y la fábrica de chocolate; tanto más desde que el espantapájaros oscurillo hizo una película al respecto) nos cuenta la historia de una niña prodigio inmersa en una familia repugnante.
El talento del señor Dahl (no pude resistirme a referirme así a él) es indudable, su forma de contar la historia, atrapando e interesando, apelando al humor y al ingenio nos presenta un libro para niños perfectamente disfrutable por todo el mundo. A este talento innegable se une el de un virtuoso Quentin Blake que a ritmo de un dibujo cada dos páginas ilustra a la perfección un cuento que no sería todo lo grande que es sin esos dibujos que irradian encanto en cada uno de sus trazos, caóticos, poco más que rayazos que conforman un fantástico todo dulce y absorbente.
El tono en el que se cuenta es, por supuesto, sencillo. Un ritmo rápido nos permite apreciar a una Matilda igualmente veloz que se adapta a todo, que se adhiere a todo, que con 5 a años lee a Dickens, que se aburre en clase pero que quiere ser una más, que quiere ayudar a su adorable profesora a la que ve abatida... y todas esas situaciones, Dahl las plantea con una facilidad y una soltura pasmosas, a la vez que va repartiendo pinceladas a los personajes, bastante ricos para un cuento como este: los terribles Wormwood, los padres de Matilda, mentirosos, aprovechados y estafadores; la monstruosa directora Trunchbull, un troll maligno salido del averno; la maravillosa señorita Honey, uno de los personajes más adorables que he visto nunca, corolado a la perfección por el fantástico dibujo de Blake; y, por supuesto, la propia Matilda, la niña soñadora con un casi infinito potencial y fan de Dickens que se guarda, tras sus ojos de pilluela, una última sorpresa.
En resumen: un gran cuento de un gran autor, una historia interesante y bien contada y unos personajes sólidos y carismáticos. Probablemente, el mejor de los libros infantiles que he leído.
La verdad, ni me gusta ni me disgusta, pero debo admitir que no es lectura pesada y que entretiene. ^^
El libro esta bastante bien... se merece un 10
Me encantó. Puede que sea para niños, pero desde luego no trata a los niños como idiotas. Tierno y cómico a la vez.
Uno de mis libros favoritos, con Las brujas.
Me ha encantado. Sin más.