Una mezcla entre fantasía y ciencia ficción, que si bien está ambientada en una época victoriana llena de intrigas, maquinaria extraña e incluso zeppelines, poco tiene de steampunk: no importa tanto la ambientación, que es bastante interesante (añade en su justa medida elementos llamativos como mansiones laberínticas y ciencia imposible) como el argumento y los personajes en sí.
De hecho, de una historia más cienciaficcionera como podría ser el tema de un instrumento de control mental, la trama va avanzando hacia temas alquímicos y algo más fantástico, sin perder de vista la principal intención de su autor: actualizar el género de aventuras del estilo de la época, como podían ser los libros de Conan Doyle y Haggard. Sin embargo, no duda en actualizar la sutileza a la hora de escribir y hay todo tipo de menciones a temas escabrosos, que, sin entrar en descripciones explícitas, recuerdan más a alguna secuencia de Eyes wide shut que a una novela de aventuras victorianas.
La mayor ventaja del libro es el argumento, y especialmente, cómo va evolucionando de un género a otro, según aparecen nuevos cabos en la historia, y sus personajes protagonistas: no son héroes intachables sino personajes bastante variados y llenos de defectos, como pueden serlo una rica heredera bastante mojigata y terca como ella sola, un asesino bastante despiadado y un médico alemán de escasa valentía. Al menos, la maquinaria extraña y la estética está al servicio de la historia y aparece lo justito.
Lo peor radica en la longitud: no es mucha para lo que se estila hoy en día, pero le sobran unas doscientas páginas que se dedican principalmente a que los personajes corran de un lado a otro o tomen trenes y otros medios de transporte. En teoría, esto se debe a que la intención del autor era escribir una novela como podían serla las de entregas, por lo que era necesario alcanzar un mínimo de páginas para cada capítulo.
Como curiosidad, la edición es una monada: las últimas páginas consisten en una serie de anuncios y noticias en plan periódico antiguo, relacionados con lo sucedido en la historia, planos de los lugares donde sucede las cosas, imágenes y descripciones de las máquinas como si fueran notas del inventor y cartas entre los personajes.