«Todo es ciencia ficción hasta que alguien lo convierte en ciencia real». Para los millones de usuarios que se conectan en busca de adrenalina o por la euforia de experimentar un nuevo estilo de vida, Warcross es más que un juego; es una revolución. Emika Chen trabaja como cazarrecompensas rastreando a los jugadores que vulneran la ley. Y se trata de un mundo competitivo, por lo que un día asume un desafío muy arriesgado: hackear la partida inaugural de los campeonatos mundiales. Convencida de que van a detenerla, Emika se sorprende cuando en su lugar recibe una llamada del hermético creador de Warcross con una oferta irresistible: introducirla en la próxima edición del torneo para investigar un fallo de seguridad. En Tokio le esperan la fama y la fortuna. Y el juego le ofrece una partida sin consecuencias...¿Verdad?
Título: Warcross
Título original: Warcross
Autora: Marie Lu
Editorial: Nocturna
Traducción: Noemí Risco Mateo
Warcross es la primera parte de una bilogía en la que nos presentan este juego de realidad aumentada / virtual (las líneas están algo difusas a causa de la ciencia que sostiene esta tecnología en la obra) que ha traspasado las fronteras de lo real, y donde tus puntos en juego pueden proporcionarte dinero real, aunque no siempre de forma legal. Emika malvive como cazarrecompensas, en una situación precaria donde apenas puede pagarse el alquiler, pero deja entrever su habilidad en el juego.
Como era de esperar en una historia como esta la protagonista acaba inmersa en una situación mucho más grande de lo que esperaba y tiene que lidiar con conspiraciones de alto nivel junto al propio creador del juego y la tecnología de conexión neuronal que revolucionó el mundo. La novela no dista demasiado de la trama de muchos webcomics o anime que desarrollan mundos virtuales, y aunque el worldbuilding es interesante a priori la premura con la que desarrolla su contenido hace que se sienta un tanto desaprovechado. Esta tecnología que ha cambiado el mundo y la economía acaba por no ser más que una excusa para situar la acción y no vemos demasiado de sus consecuencias en la ambientación.
Y es que la historia avanza rápidamente y no da tregua, lo cual en general se agradece, pero no deja de hacerte pensar que podría profundizar en otros elementos antes de seguir empujándote a través de las partidas de Warcross que Emika se ve obligada a jugar a lo largo del campeonato. Infiltrada en un equipo, se dedica a investigar y hackear para descubrir que está ocurriendo, pero la parte relacionada con la informática es bastante decepcionante. Y no se trata de que no sea realista, que no lo es, es que es poco inspirada incluso entendiendo que esta inexistente tecnología funciona de formas muy diferentes a la informática actual. Todo el hackeo se siente pobre, y podría haber generado más tensión, sin necesidad de intentar ser realista. Y es esta parte junto con el romance, un tanto insípido, lo menos inspirado del libro.
El romance, desgraciadamente, cae prácticamente en el instalove más aburrido posible y a duras penas puedes entender que conexión real sienten los personajes entre sí. El pasado de los personajes y la construcción de la personalidad deberían sustentar algo así, pero lo cierto es que resulta muy difícil sentir que la pareja funciona desde el primer momento, y no mejora demasiado a medida que la historia avanza. La personalidad de Emika se va desarrollando de manera consistente en la primera mitad, cuando nos relatan como ha llegado a donde está, y en general responde bien a lo largo de la historia, pero el desarrollo flaquea hacia el final del libro principalmente por como la protagonista interactúa con su interés romántico de una manera tan difícil de digerir.
La prosa de todo el libro es bastante sencilla y directa, y la acción en las partidas del juego está bien narrada, de forma amena y efectiva, sin extravagancias y no se alarga innecesariamente. Por otro lado, la trama peca de simplista y le cuesta solventar algunos puntos de forma creíble.
La traducción es más que adecuada, el estilo es consistente y se nota el buen hacer de la traductora.
Warcross es un inicio un tanto dubitativo para una bilogía, pues aunque sus páginas se leen con facilidad y no cuesta terminarlo, tampoco acaba de enganchar por sus múltiples debilidades. Con todo, creo que le daré una oportunidad a Wardraft para rellenar los huecos en la trama y de desarrollar las relaciones y ver si puede dar un cierre satisfactorio a esta historia.
Sin comentarios todavía