Las sombras del pasado (+18) | La llegada de Alia

Saludos Lord Kevan! hago una reverencia Mi nombre es Alia y vengo de Braavos. Soy buena espadachina y me gustaría ofreceros mis servicios, eso sí a cambio de un favor hacia mi persona. Mi padre Robert, antiguo vasallo de la casa Arryn fue asesinado por alguien de poniente, me gustaría que me ayudaseis a encontrarlo.

Si es necesario os mostraré mis habilidades.

Lord Kevan se encontraba bastante cansado esa mañana, no habia tenido una buena noche y se encontraba de bastante mal humor. Uno de sus sirvientes le dijo que una muchacha queria audiencia con el, asi que mando que la hicieran pasar. Cuando entro y expuso sus razones para su visita. Levanto una ceja y apoyo su codo en el posabrazos y dijo: Bienvenida a mis tierras Alia de Braavos. Pareceis capaz, no hace falta que hagais una demostracion. La verdad es que ahora mismo mis tierras estan en paz, y si el asesino de vuestro padre resultara ser un señor del Valle, estaria comprometiendo la integridad de mi familia y mis tierras por una venganza personal. No obstante vuestro padre merece ser vengado como yo hubiera hecho con el mio. Haremos lo siguiente. Lo buscaremos y lo encontraremos, pero llegado el momento, te pido calma y mesura. Habra que hacerle caer como la fruta madura. Que me dices.

Las palabras del señor parecían justas y sensatas. Me parece bien. Asiento mientras me fijo por defecto de mi entrenamiento en todo lo que me rodea, cada detalle, cada sonido, los olores. Espero por si Lord Kevan quiere añadir algo más.

Si esperais una emboscado o algo aqui no la encontrareis -dijo sonriendo. Acto seguido se levanto y señalando a uno de sus sirvientes dijo- Bien, tengo que marcharme a seguir con mis quehaceres, este sirviente os llevara a los barracones de la guardia, alli os alojareis. Esta noche cenareis conmigo y mi familia para que los conozcais. Que tengas un buen dia Alia de Braavos.- dijo marchandose con dos de sus guardias a su salon privado.

Vaya que observador, no es habitual que alguien se percate de mi exceso de atención en las cosas. 

Tras despedirse hago una reverencia con gracia felina y me retiro.