"Mi película no va sobre Vietnam. Mi película es Vietnam". Vemos que la producción fue acosada por los monzones, los enormes costos, problemas de salud, y las pesadillas logísticas, como cuando el gobierno de Filipinas de Ferdinand Marcos trató de alquilar los helicópteros que Coppola mismo estaba usando, para combatir a los rebeldes a diez millas de distancia. Brando puso a Coppola bajo una enorme presión por no haberse leído la novela de Conrad (requisito indispensable para interpretar al coronel Kurtz), y está tan gordo que se niega a ser retratado, excepto en la sombra. Y Coppola, en las conversaciones que no sabía que estaban siendo grabadas, gritó con desesperación a su esposa: "¡Os digo desde el fondo de mi corazón que estoy haciendo una mala película!"
Y de nuevo: "¡Estamos todos perdidos! ¡No tengo idea de a dónde ir con esto!". Sin embargo, la visión de Coppola, de alguna manera sigue siendo universalmente aclamada.
Una persona entró en el despacho de Coppola para decirle que desistiera, y después de 90 minutos de conversación salió diciendo: "¡Francis me ha convencido de que esta será la primera película en ganar el Premio Nobel!". Así que aún confiaba en el proyecto desde lo más profundo de su alma.
También es interesante ver, tanto en el filme como en el documental, a un jovencísimo y aún desconocido Lawrence Fishburne interpretando a un miembro de la tripulación protagonista.
Por cierto, ha llegado a mis oídos que existe una versión no oficial de Apocalipse Now de más de cinco horas, con todas las escenas rodadas originalmente reinsertadas en el metraje. Esa versión ha de ser fascinante de visionar, para tomar como ejemplo de la selección exhaustiva que se hace de las escenas a eliminar.