Cuando una película hecha con marionetas y parcialmente financiada a través de un Kickstarter, concebida y desarrollada fuera del circuito de productoras de Hollywood, araña nominaciones a los Annie, al Oscar y a los Globos de Oro; además de a diferentes premios de la crítica, creo que lo normal es esperar algo grande.
Cuando el guionista de una película tan rara y, a su manera, atrevida es Charlie Kaufman, creo que lo normal es esperar algo grande.
En Synecdoche, New York mucha gente parecía echar de menos que una figura por encima de Kaufman le parase los pies: «No, Kaufman, ¡eso es demasiado raro! Serás gafapasta…» y esta vez parece que ha decidido contenerse un poco, porque Anomalisa es otra película que destila kaufmanismo y tiene sus temas y sus formas; pero esta vez, además, resulta emocionalmente muy cercana. Es fácil ver reflejos propios en lo que cuenta Kaufman, lo que facilita acercarse a Anomalisa y ver su (aparente) sencillez; tras la que, en realidad, hay muchísima miga y muchísima magia.
Hay magia en la animación, realmente increíble; en la expresividad de esos muñecos, en cómo se aprovecha de que sean marionetas tanto para simplificar la humanidad como para, de algún modo, reflexionar sobre el concepto de realidad y del yo (esa escena con Michael ante el espejo…) y hay magia, y miga, en cómo la película se aprovecha de sus modestos recursos, pero infinita inventiva, para reflejar la despersonalización, la pasión, el desinterés y la monotonía en 90 minutos clavados.
Para mí hay nueva película al frente del top de 2015 en esta nueva anomalía cinematográfica de Charlie Kaufman. Maravillosa.
Para mi una pelicula hermosa, con muchisimos aspectos que ignoramos a veces en la vida real, y el final, aunque es anticlimatico me parecio adecuado