Una de las primeras películas del director de "El señor de los anillos", es una película dónde gore y humor se mezclan, dando lugar a un cóctel muy entretenido.
La diferencia con otras películas del mismo género es, para mí, esos movimientos de la cámara y esos ángulos de filmación tan característicos de Jackson (rápidos travelling, alternando rápidamente planos generales con primeros planos, planos desde ángulos inverosímiles para dar dramatismo a la escena...)
Algunas de los planos y escenas mezclan el gore con un humor que me recuerda a algunos cartoons (la zombie que se convierte en lámpara, las travesuras del bebé zombie, Lionel armado con su segadora...) y siempre recordaré algunas escenas como cuando toman las natillas en casa de la madre (conozco a alguien que le dan un asco horrible desde que vió la película), los escarceos sexuales del párroco y la enfermera o los órganos internos del macarra acicalándose frente al espejo.
En cuánto al trabajo de actores es bastante correcto y la presencia de la actriz española Diana Peñalver se debe a que en principio iba a ser una coproducción entre nuestro país y Nueva Zelanda (alguno se estará tirando de los pelos al ver el éxito posterior de Jackson).
La película ha sufrido censura en bastantes países por su contenido gore (creo que aquí se vió la versión más larga) y el subtítulo de "Tu madre se ha comido a mi perro" es obra de la distribuidora española.
Hace ya tiempo que perdí la cuenta del número de veces que la he visto.
Gore a más no poder, y del que hace reir. Una gran película no apta para estómagos sensibles, aunque su humor la hace más visualizable, al convertir el espectáculo de sangre y vísceras en una sucesión de gags humorístico-burros a más no poder.
Y además, está muy bien hecha.
Es todo un clásico del cine gore de serie B. La escena final con el cortacésped es inmejorable.
Eso sí, no apta para mayores de 30 años, pasada una edad uno se vuelve más remilgado! Jejejejeje.
Ya no hacen pelis así :(
Jo! yo la terminé viendo por culpa de tu blog Delier! xDDD
Es toda una obra de arte, me la he pasado en grande viéndola... entre tanta sangre y humor, pasando del absurdo al ridículo y al gore, no he podido dejar de escapar una apropiada sonrisa, las torpezas de Lionel que parece reivindicarse cuando demuestra que es un poco menos tonto de lo que creíamos... pero no demasiado.
Es grotesca y visceral, ralla en el morbo y es un vomitivo que no se puede dejar pasar, incluso en mi mente, un "awwwwww" mental pasó con el final. Los planos excelentes, la música te hace reir y los efectos, considerando la época, me han parecido impecables. Hasta el punto que he perdonado el acento español en el que la vi, y la disfruté de principio a fin.