Peliculas

Una de las películas de zombies, demonios o infectados más divertidas que recuerde. Incluso más divertida que Posesión infernal, por esa forma de contar las cosas más absurdas de forma seria, aunque al espectador le esté entrando la risa. El principio parece la típica película italiana que imita los éxitos del momento, para acabar dando un giro, tanto en la forma de contarlo como en el guión en sí.
Lo mejor de la película son los personajes, especialmente Bobby Rodhes en su papel de macarra setentero, capaz de organizar a un aterrorizado cine para que habiliten una defensa adecuada contra los demonios que los amenazan, aunque acabe pereciendo épicamente (y volviendo reencarnado en monitor de gimnasia en la segunda parte). La parejita arquetípica acaba sorprendiendo en su paso de jóvenes aterrorizados a llevar a cabo un memorable enfrentamiento contra los zombies, katana y motocicleta en ristre (debe ser que los cines de Berlín occidental las traen de series).
En general, el argumento consiste en ver cómo los personajes van cayendo como moscas ante los demonios/zombies, verdaderamente asquerosillos y especialistas en echar babas y cosas verdes, para después ir por un camino inesperado (y sin mucho sentido) en el que se incluye un enfrentamiento con el malo de turno tan sacado de la manga que acaba teniendo gracia y un final apocalíptico de los que dices “eh…pues vale, sí, a estas alturas no le voy a buscar sentido”.