Es una película que francamente me encanta. La trama parece (y es) un tanto simple (aunque prefiero el término "clásica"): un triángulo amoroso que acaba llevando a la muerte y la locura de varios personajes. Quizás sea porque la vi mientras estudiaba La Poética de Aristóteles, pero la verdad es que me hace pensar en una tragedia griega, inclusive por los personajes. Son un tanto grotescos, paródicos, especialmente el mafioso Albert, que se pasa la película gritando y puteando al resto de personajes (dicho sea de paso, tiene el 80% del diálogo). Es una trama un tanto tópica que, para mi gusto, funciona a la perfección.
Lo que se lleva la palma, sin embargo, es lo que hay alrededor de la trama: la fotografía, el vestuario, el ambiente, los planos o la música son verdaderas joyas que, al menos a mi, me dejan pegado. Los ambientes (la cocina, el comedor, los baños y el exterior) tienen luces de distinto color (respectivamente verde, rojo, blanco y azul) que hacen que cambien partes de la ropa, el decorado es barroco y bellísimo. Los planos ayudan a darle un aire teatral, pues muchas veces se pasa de un escenario a otro atravesando las paredes. Y la música... en fin, la música es una maravilla que contribuye a darle ambiente a los distintos espacios, aún si no os gusta la película es probable que podáis cerrar los ojos y disfrutar con lo que oís. Imaginaos hasta qué punto llega el preciosismo (y en cierto sentido, pijerío) de la película que todos los trajes están diseñados por Jean-Paul Gautier (y, por cierto, estan bastante chulos).
En fin, os la recomiendo encarecidamente. Nada más que por la música y el ambiente vale la pena...
Esta película la ví hace muchísimos años, así que no la voy a puntuar. Pero sí que recuerdo que me quedé pasmadísimo por lo preciosa que me pareció.