Al final de ver esta película me quedo sin palabras, y no en el buen sentido. Primero que todo este filme es un musical basado en los cuentos de hadas, y es más al inicio no me desagradó, me pareció divertido, sin embargo las cosas en esta película a medida que va pasando el tiempo se van poniendo más bizarras y extrañas. Realmente te deja con una sensación de no entender (WDF!). Y es que el asunto es que hay muchas cosas que no concuerdan. Pasan de la dulzura a la crudeza, del humor al masoquismo, de la profundidad a lo absurdo pero esto sin una coherencia y cantando.
Es más, cuando vi este filme recordé una presentación que hicimos en el colegio de niña donde hicimos un crossover de muchos cuentos de hadas. Era como pegar pedazos de cuentos pero no relacionarlos bien. Hay actuaciones forzadas, y se nota evidentemente que están pasando una obra de teatro al cine pero de la peor manera.
Es más, esta película dura dos horas, y para mi le sobró una hora exacta. Las canciones bonitas, se vuelven excesivas cuando no se cambia el tono de las melodías por horas...
Aunque hay momentos lucidos, pero desafortunadamente la falta de coherencia hace caer este musical en una rutina imperdonable..
Ahora, hay un tema que creo que es positivo, dado que trata temas actuales como el amor con la infidelidad, la muerte, la responsabilidad etc.. que no tratan los cuentos de hadas, cuando la princesa se aleja del príncipe encantador porque no le es fiel, es un mensaje que creo que te deja impactado. Se rompe el cuento mental de buscar el príncipe azul. También resalto un mensaje final en el filme que me parece bonito.
Ahora, creo que había muy buenos actores que estaban limitados por ese argumento absurdo. Siento que un buen musical debe hacerse con escenas entre más personas, bailes que hagan ver el asunto de manera más artística y cambios rápidos de ambiente.
La escenografía y los efectos me sorprendieron por verse baratos y no muy acorde a lo que es Disney. Realmente como que intentan retomar los viejos musicales pero no logran ese resultado.
Hombre, sin explicaciones ni nada, en veinte palaras y sin dar ningún motivo sí que suena descortés.
Pues a mi parecer, a los que no les ha gustado la película (Y no quisiera ser descortés) es porque no tenían ni idea del auténtico musical.
Para concretar, todo lo contrario que hace la película, es un bodrio. Y no un bodrio del que puedas sacar demasiadas cosas positivas.
Es pretenciosa, simple y predecible. Aburrida, lenta y angustiosa.
No soy fan de los musicales, pero supongo que éste estará a años luz del filme.
Personalmente como digo en la crítica, y entendiendo tu punto de vista artistico creo que básicamente este filme pudo ser mejor, ¿el mejor músical?...mmm no lo creo, he visto mejores adaptaciones, esta me parecio que deja mucho que desear.
No, no lo conocía. Pero gracias a tu crítica me ha entrado curiosidad y he buscado información sobre él, encontrándome con unas cuantas gratas sorpresas. La verdad es que yo esperaba un musical y eso es lo que he visto. Me ha encantado la obra y Meryl Streep me ha parecido soberbia.
Creo, quizás me equivoque, pero estoy en parte convencida de que muchos esperan una película más tradicional. Pero esta es como una gran obra de teatro. Me da la impresión que es lo que han querido mantener, el ambiente que debe tener en el escenario.
Entré en la sala sin prejuicios y dispuesta a disfrutar de lo que me ofrecieran. Me alegro de haber ido porque la he disfrutado muchísimo ^_^
Me alegro mucho de que te haya gustado, Ishlana (parezco yo aquí el delegado de prensa de Disney... ¡ojalá! XD).
Una pregunta... ¿conocías previamente el musical o, en un ámbito más amplio, el trabajo de Stephen Sondheim?
Vengo ahora mismo de verla y sólo voy a decir una palabra... "Brillante".
Into the woods no sólo es una buena película, también es uno de los grandes musicales de los últimos treinta años. Pero, claro, aquí, en España, no puedes preguntar a nadie sobre quién es Stephen Sondheim (compositor) porque probablemente piensen que se trata de un Consejero de la Unión Europea como poco.
Compositor de más de una veintena de los musicales más exitosos que han iluminado las marquesinas de Broadway y el West End desde finales de los años cincuenta hasta nuestros días. Seguido, admirado y, por qué no decirlo, copiado por otros compositores de la talla de Hans Zimmer, Danny Elfman e incluso John Williams. Probablemente el letrista más brillante del siglo veinte. Ganador de un Premio Pullitzer, siete Tonys y un Oscar. Sin embargo, al margen de toda esta retahíla probablemente interesante sólo para unos pocos, supone ser también uno de los compositores que desarrollan de una forma más inteligente sus composiciones. Y de eso va todo esto.
Into the Woods desarrolla, a través de los diferentes cuentos que presenta, una compleja red de temas que, sutil pero ineludiblemente, hacen poso y constituyen el verdadero argumento de la película.
I wish…
Todos deseamos cosas. Todos lanzamos al aire nuestros anhelos más profundos con la esperanza de que alguna fuerza mágica o sobrenatural los recoja y, por ensalmo, los haga realidad. Pero el problema (sí, sí… el problema) es que los sueños a veces se cumplen. Y, por costumbre, los deseos que nos son otorgados, tendemos a pensar que son gratis. No estamos preparados para entender que todo tiene un precio. Hasta lo que es gratis. La responsabilidad es el precio. Pero los personajes de esta historia (y cualquier de nosotros también) no lo entienden y pretenden egoístamente que el mundo ha de rendirse a sus deseos una y otra vez. Siendo estos recurrentes e infinitos. Por eso la madre de Cenicienta, desde su tumba en el bosque pregunta muy acertadamente… Are you certain what you wish
Is what you want?
La madurez es otro de esos temas que se escurren y medran casi a la sombra de los árboles del bosque. Ya no sólo la evidente madurez a la que se ven abocados los dos personajes pre adolescentes; Caperucita y Jack. Estos tienen que asumir ciertas responsabilidades. Es más, la historia (la de los hermanos Girmm o el propio Perrault) original exige esa responsabilidad de la que hablábamos antes a los muchachos; mientras que Caperucita resulta ser devorada junto a su abuela por el lobo a causa del despiste de esta, Jack pierde su casa y a su madre por su propia codicia… aun estando justificada esta por la extrema pobreza de la que surge. Sin embargo la propia mujer del panadero reconoce que el bosque, en cierto modo, hace que su marido cambie… que se vuelva más comprensivo y abierto de mentes. El bosque te hace ver las cosas con más madurez y perspectiva. Pero, ahí está la trampa, se trata de otro deseo cumplido que nos pensamos que no hay que pagar. Y lo que el bosque te da, el bosque te quita.
¿Y Cenicienta…? Pobrecita, quiere ir al baile. ¿Es eso un crimen? ¿Es un deseo imposible? Que ella y el príncipe se enamoren resulta coyuntural. ¿O no? Y lo que es más, cuando uno pide algo, ¿no debería, como mínimo, asumir y aceptar ese regalo con todo lo que conlleva? Quizá el cuento no nos enseña verdaderamente que, por mucho que Disney se empeñe, el amor siempre triunfa. Quizá existan otras moralejas más interesantes que la animación infantil han solapado. La infidelidad da la excusa a Cenicienta a romper el sueño hecho realidad cuando lo cierto es que ella, de forma egoísta y superficial, luchó a brazo partido por conseguir algo que realmente no deseaba.
Into the Woods tiene muchas lecturas. Y eso es lo que le da el estatus de buena película (a mi entender). La propia Meryl Streep así lo dijo en una rueda de prensa afirmando que Stephen Sondheim le parecían de las personas más inteligentes de todas con las que había trabajado. Y la Bruja así lo refleja en su parte; “menos mal que está la Bruja para llevarse las culpas”. Siempre ha de haber una Bruja. Porque el ser humano, su mezquindad, pasa por necesitar un culpable como paliativo a resolver o, en su defecto, responsabilizarse, de los problemas que el manido I wish… ha causado.
Como último (o penúltimo) apunte, diré que el elenco responde bastante a las exigencias de la partitura. Y esto, por una vez es noticia. Por desgracia no es lo habitual. Sondheim no es conocido por pergeñar armonías sencillas o ccancioncillas de esas que se pegan y resultan fáciles de tararear. Es más, a modo de anécdota comentaré que, en los extras de West Side Story (sí… las letras de ese musical mítico son de Sondheim) hay entrevistas a algunos actores en las que se comentan lo complicadas que resultaron de aprender las armonías. Y esto nos lleva una vez más al asunto de Johnny Depp. Se agradece que salga tan poco. Los que conocíamos el musical previamente celebramos que fuese el Lobo y no otro personaje con más papel. Pero, ¿realmente hacía falta? ¿Alguien le puede decir al señor Depp que su personaje de Jack Sparrow aburre? Y ya en el plano personal, ¿le podéis borrar la raya del ojo? ¡Qué cruz!
Entonces, ¿qué falla en Into the Woods? (Y ya acabo).
Sí. Soy un fan del teatro musical y Sondheim me pone a tope pero reconozco que la película tiene algo que está terriblemente mal hecho y que hace que pierda varios enteros. Muy fácil. La campaña de marketing y publicidad. La película se ha promocionado desde la perspectiva de cine familiar, navideño, cuentos… Disney. Y, claro, lo otro… lo interesante. No se ve. Más aún, cuando una familia con dos o tres churumbeles se sientan en la sala (con cero información previa sobre el musical) y, cuando en el minuto uno se ponen a cantar en inglés con subtitulos, no sólo se salen de la sala cabreados por haber malgastado sus buenos veintitantos euros sino que además, ponen a cer de un burro un trabajo más que digno.
Probablemente, aún a pesar de haber leído esta parrafada, no os guste la película. Pero eso no significa que no sea un gran trabajo muy bien hecho.
Estoy de acuerdo. Le sobra exactamente la mitad de la película.
Cuando vi que la película era otro refrito de cuentos clásicos (Shrek es posiblemente la que mejor lo ha logrado) ya me puse en guardia. Era un musical de los de no parar, más en guardia todavía. Y cuando ves que acaba de repente pero que no, que la historia no ha terminado todavía (el extendido y agudizado en los últimos tiempos Síndrome de la Media Hora Que No Hace Falta) me llevé las manos a la cabeza. Menos mal que Johnny Deep sólo tiene un cameo porque lo ves y piensas "Mierda, Jack Sparrow OTRA VEZ".
Toda la reflexión sobre los que son buenos y malos y blablabla sobra. Eso da para otra película distinta. Está muy bien ese intento de cambiar los clichés de "se enamoraron nada más verse" y otros muchos de los cuentos pero, si es un producto para niños, "Maléfica" hacía las reflexiones bastante mejor.
A su favor diré que no te cuentan los cuentos clásicos (esos se dan por sabidos) y que los dejan en un "... y cuando terminó con sus asuntos..." muy de agradecer.
Habrá que intentar hacer una partida de rol musical: "Entra el mago, venga, canta la canción de la Bola de Fuego".