Seamos sinceros… el cine indie, si bien a nivel de tendencia suele ser interesante, a otros muchos niveles suele resultar algo decepcionante. Quiero decir, cuando el género se perfila como una sana y buena alternativa a los taquillazos procedentes de los grandes estudios y controlados por las deidades distribuidoras tenemos producciones sencillas y, muchas veces agradables de ver. Pero cuando, por contra, el cine indie supone simplemente una mera pose rebelde ante lo establecido el producto no es más que eso; un acto de consumo, una rabieta cinematográfica e incluso habitualmente una vía por la cual el director hace lo que le viene en gana, generalmente sin criterio ni sentido alguno, precisamente porque carece de la guía (y postrer censura) que supone el refrán de “el que paga manda”.
Pero Juno es lo otro... la alternativa sana, la historia sencilla, bien contada y sin aditamentos absurdos o “peliculeros”. De hecho, si tuviera que poner lapidariamente una crítica en una frase (harto complicado conociéndome) me tiraría por algo del estilo de “una película que, sin tomarse demasiado en serio, ofrece una visión tremendamente realista de un tema que, pudiendo ser carne de estrenos TV, se convierte en un tema candente e interesante de verdad”. Es así… miremos la sinopsis:
Juno es una adolescente que se queda embarazada la primera vez que tiene relaciones con su novio y entra en el complicado proceso de entrega en adopción del bebé a un joven y acomodado matrimonio. Aún teniendo un objetivo claro para su hijo, la vida de la adolescente cambiará radicalmente por esta causa.
Yo leo esto y ya me imagino a Tory Spelling en el papel de la madre adoptiva haciendo sus mohines de sufrimiento en una sesión de dos lacrimógenas horas de sábado por la tarde que, finalmente se convierten en cuatro debido a los maratonianos cortes publicitarios de (insertar nombre de canal privado mayoritario). Pero no, aquí se plasma esa misma historia pero con un tinte muy diferente… muy de verdad. Empezando por el guión de Diablo Cody, que bien le valió un Oscar, plantea una historia muchas veces contada pero con mucho sentido del humor, con drama pero muy bien aderezado por el ambiente despreocupado y frívolo de los adolescentes… por el ritmo ágil de una realidad que tampoco deja demasiado sitio para el drama asfixiante sino que imprime una necesidad imperiosa de sobrellevar lo que le sucede a uno de la mejor de las maneras, con optimismo, con consecuente inconsecuencia y a medida en la que sucede cada cosa. Tener dieciseis años y estar embarazada es una putada… pero en el momento en que hay un baile en el instituto y no te invitan o cuando notas que no te vale nada de la ropa que más te gusta o cuando ves que, por mucho que lo intentes, no puedes para de comer y engordar, son putadas igual de graves que el propio embarazo. Por lo menos para una adolescente como Juno.
Ese es otro de los triunfos, un personaje preciso y encantador… rico y cargado de matices y, en mi opinión, nada fácil de interpretar con la naturalidad imprescindible que le aporta Ellen Page. Con un equilibrio perfecto entre madurez y rebeldía adolescente. Se podría criticar el hecho de que ciertos diálogos suenan grandilocuentes y excesivamente rebuscados pero es verdad que a medida que transcurre la historia, a medida que ésta te atrapa y te seduce, te ves envuelto en su mundo, en su particular mitología en la que el rock, los cómics y las chuches son casi ídolos incuestionables.. en su lenguaje directo y exquisito. Y, por supuesto, recordando otras joyas indies como Pequeña Miss Sunshine, la protagonista no puede estar mejor arropada por un elenco igual de preciso y precioso. El padre comprensivo pero lleno de una ira que sabe que no puede dar salida porque no tiene sentido… porque no hay nada (y menos nadie) contra quien descargarla. La madrastra de Juno, lejos, lejísimos de las de Disney… humana y madre igualmente. Michael Cera a quien su cara de “pasmao majete” le ayuda a crear un personaje tierno y entrañable a quien disculpas su falta de madurez ante el problema de su novia porque entiendes que, efectivamente, no es lo suficientemente maduro para gestionarlo… porque, de hecho, a su edad, ninguno lo éramos. Y, por supuesto, la pareja adoptiva; Jennifer Garner y Jason Bateman que desarrollan también una situación bien difícil pero muy bien plasmada, con sutilidad extrema. Muy curiosa la relación del personaje de Bateman con la protagonista quien, a través de compartir películas de serie B, discos, comics y demás material pop, destapa la realidad adormecida del hombre que se resiste a serlo, prefiriendo su yo-niño que evita afrontar una madurez inexorable.
Y paro aquí que no quiero “espoilerear” (más).
Hay que verla… de verdad. Dadle una oportunidad. Quizá a muchos de los que leáis esta reseña os parezca que es una película fuera de vuestro target. Que es una historia que no os toca… que no os interesa. Pues no… creo que Juno le interesa a todo el mundo… aunque sólo sea por su excepcional banda sonora y su inyección de buen humor."
Me gustó mucho. El estilo de película me pareció divertido y muy recomendable. Aunque tengo algunos amigos que la tienen catalogada como "una de las peores películas que jamás han visto en toda su vida". Para gustos los colores, oiga.
De esta peli sólo puedo decir que adoro a Ellen Page, que los diálogos son magníficos, que Michael Cera es el pringado más carismático de la historia y, por supuesto, que... I'm a kraken from the sea!
Muy buena película la de Juno
Resumiría la película como: el embarazo de una chica lo suficientemente responsable como para darse cuenta de que no es lo suficientemente responsable como para criar a un niño.
Ojalá hubiese más como ella. Es una película que merece la pena ver.
Me la recomendó un compañero de clase, y aunque al principio me pareció que no me iba a molar mucho, la forma preciosa en la que está contada, y lo bonito de la imagen me conquistó sin remedio. Una buena película, la verdad.