Es difícil encontrar material de fantasía medieval que sea decente (aparte de superproducciones en plan SDLA) pero en las que el protagonista sea un mago aún más. Esta pequeña serie (se trata de dos pelis para televisión) no es ninguna maravilla pero consigue engancharte con un buen vestuario y unos pocos efectos digitales.
Eso si, solo por ver el dragón y su astucia merece la pena verlo.