Poco malo puedo decir de esta pelicula, una de mis tres favoritas.
Esta obra maestra del cine viene firmada por el señor Charles Laughton, que por extraño que parezca es la única que dirigió. Quizás después de ver lo que había conseguido, se dijo a sí mismo que sería imposible hacer otra cosa igual, que sería harto improbable volver a estar a la altura de semejante cuento de miedo. Un miedo puro, ausente de sangre, un miedo hecho todo de la plasticidad que se puede sacar del blanco y negro, del contrate de las luces, de las sombras. Para con todo configurar una historia que nos aprieta el alma. Lo que la convierte en un título incomparable, atemporal, a años luz de modas pasajera, inigualable por siempre jamás.