Acabo de salir del cine de verla y no puedo expresar otra opinión respecto a ella que la más pura decepción. Life during Wartime, que solo viendo el trailer dejaba babeando a todos aquellos que ya en su día disfrutaron con Happyness, no deja de ser media hora más de su precuela extendida a hora y media de película, con total falta de gas y ritmo - cosas que en Happyness no pasaba -.
Dejando de lado el hecho de que actores como Philip Seymour Hoffman - que bordaba el papel de acosador sexual teléfonico - ya no se encuentran en la película, el detalle de que algunos de los personajes principales que repiten en esta segunda parte sean llevados por diferentes actores choca y no casan para nada con el tipo de personaje de, por ejemplo, el padre pedófilo del protagonista.
Otro detalle que ya me ha tirado por los suelos la película entera es el hecho de que a otro de los personajes principales, Joy, se le aparezcan fantasmas de sus relaciones pasadas. Y digo que me la ha tirado por los suelos porque, tras saborear la asquerosa realidad, demasiado real, de Happyness, la aparición de fantasmas rompe por completo la harmonía realista de la película y la convierte en una mezcla de mensaje subliminal del director de su opinión sobre la guerra de Irak, y las fantasías irreales y culpistas de uno de los personajes.
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