Este es un futuro de cartón pintado al estilo de la serie original de Star Trek, sólo que más vistoso ya que tiene algo más de dinero y diseñadores mucho más copados. Las maquetas de la base son enormes pero poco creíbles, y parece un festival de juguetitos multicolores. Hay unos bonitos e incómodos autos con cúpulas de burbuja, lo que indica que en el futuro el confort y el diseño son incompatibles; después hay una especie de plato volador esquizofrénico - que la policía utiliza para monitorear la ciudad - que va a dos mil por hora pero siempre permanece en el mismo lugar, muchas chicas con minifaldas y pestañas postizas, y espectáculos teatrales. Calificar al apartado de efectos especiales de amateur es hacerle un cumplido.
Lo que no quita de que el filme sea estéticamente fascinante. Es un futuro colorista y art decó, como diseñado por modistos. La producción incluso se ha tomado la molestia de montar coreografías de baile, obras teatrales y un vestuario muy variado como para escenificar un mundo futuro posible y viviente. Mientras que dichos propósitos son muy nobles, el resultado final se alterna entre lo ingenuo y lo ridículo.
No obstante lo delirante de la historia y las interpretaciones de los actores hace de esta obra de 1964 una muy recomendable película si lo que quieres es pasar un buen rato, divertido y ameno. Sobre todo si es con amigos.
Para recordar sobretodo las pistolas laser que, en realidad, son pistolas a las que se les ha conectado un soplete de fontanero.
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