Es vomitiva.
Pero no por ser mala, que dentro de lo que cabe (si tenemos en cuenta que el genero de bichos que revientan ciudades no es precisamente elitista) la película es medio creíble y tiene sus detalles; sino por el horrendo uso de la cámara de mano.
La idea de la película es ver lo que uno de los protagonistas graba con su cámara de video, en plan "Proyecto de la Bruja de Blair" para meterte en la historia, y lo conseguiría si no fuera porque se han pasado con el realismo. La cámara no se está quieta ni en los momentos de calma, y es muy, pero que muy fácil notar sensación de mareo (o marearse, como una pareja que ha abandonado la sala alrededor del minuto 40 de película).
En si la película no está mal: es corta, por lo que no llega a cansar; sale suficiente bicho como para no sentirte estafado, pero tampoco demasiado como para perderle el respeto; los personajes, pese a que hacen lo contrario que dicta la lógica, no transmiten sensación de ser los "héroes", sino una panda de pringados en medio de un barullo que no entienden... vamos, que no es una maravilla, pero en si el concepto es bueno.
Lo que le quita puntos es la cámara, que es agobiante. No he podido disfrutar de la película porque estaba más ocupado intentando no marearme con tanta vuelta y revuelta. Y doy fe de que no era el único que salía del cine con esa sensación.
Consejo: vedla en ayunas, o sólo con una ensalada en el cuerpo, y no con un triple wopper y un brownie, como un servidor.